El efecto terapéutico de abrazarse

Un abrazo sincero produce oxitocina, la hormona del amor, que tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental

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El efecto terapéutico de abrazarse / periodico

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Dicen que el roce hace el cariño y ahora podemos afirmar que dicho refrán es completamente cierto. Y es que la ciencia le ha dado la razón a este dicho popular. La duración media de un abrazo entre dos personas es de tres segundos. Pero los investigadores han descubierto algo fantástico. Cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente.

La razón es que un abrazo sincero produce una hormona llamada oxitocina, también conocida como la hormona del amor. Esta sustancia, también la producimos cuando nos besamos y tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Nos ayuda, entre otras cosas, a no estar tristes, a relajarnos, a sentirnos seguros, a calmar nuestros temores, la ansiedad, reduce la presión arterial y produce beneficios cardiovasculares. Además, los besos tienen un efecto parecido al de un analgésico, hace que quememos entre 12 y 15 calorías, y por último, disminuye las arrugas.

Este maravilloso tranquilizante se ofrece de forma gratuita cada vez que tenemos a una persona en nuestros brazos, que acunamos a un niño, que acariciamos un perro o un gato, que estamos bailando o besándonos con nuestra pareja, cuanto más nos acercamos a alguien. Y es que todo parece indicar que esta hormona del cariño puede usarse con fines terapéuticos, incluso en algunas personas que padecen de autismo, según un estudio publicado en el 2010. 

A las personas con síndrome de Asperger y otros trastornos relacionados con esta enfermedad, les cuesta más que al resto relacionarse, a pesar de poseer una inteligencia normal. Por esta razón, no suelen participar de forma adecuada en las situaciones sociales habituales a las que se puedan enfrentar.

Por lo visto, los investigadores de este estudio probaron a administrar oxitocina por medio de un espray nasal a trece de estos enfermos y el resultado fue una mejoría en la atención a los indicios visuales cuando observaban rostros humanos y comenzaron a entender gestos sociales durante un juego virtual. Es una muy buena noticia, ya que tal vez esta hormona del cariño represente una esperanza para ellos y para sus familias.