La zona alta sigue sin un plan de movilidad

EN SARRIÀ-SANT GERVASI se ha elevado la inversión este mandato con las obras de la Ronda del Mig y Balmes. Los vecinos se sienten más escuchados, pero siguen sin solución el caos circulatorio y el aislamiento de algunos barrios. Esta radiografía es la séptima de la serie dedicada a los 10 distritos.

LA ORENETA Zona a proteger.

LA ORENETA Zona a proteger.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Pese a que, según el propio partido de gobierno, en estos cuatro años CiU "ha revertido el déficit histórico de equipamientos y de inversión municipal que arrastraba Sarrià- Sant Gervasi" con la reforma de la Ronda del Mig, de la calle de Balmes o de la Diagonal, en la frontera sur del distrito, en algunos sectores de la zona alta de la ciudad se respira un cierto sentimiento de que, cuando por fin han gobernado los suyos, no han cumplido con las expectativas. «Existe la sensación de que como aquí el voto ya lo tienen asegurado no se han esforzado lo suficiente», reflexiona Santi Latorre, veterano líder vecinal de Sarrià, expresidente de la asociación de vecinos, ahora jubilado, también del cargo.

Además de por la reforma de la Diagonal al dictado de los comerciantes, el mandato ha estado marcado por el freno vecinal a la construcción de una urbanización de lujo impulsada por Núñez y Navarro en unos terrenos públicos junto al parque de la Oreneta; por la salvación de la piqueta, también fruto de la presión vecinal, de la Vil·la Urània, y por las famosas puertas de Collserola impulsadas por Hábitat Urbano, que algunos ven más pensadas para atraer a más visitantes a la montaña que para arreglar sus problemas de movilidad, la gran asignatura pendiente en el distrito con mayor número de vehículos privados por cada mil habitantes; movilidad que debía mejorar con una L-9 ahora parada.

VISIONES OPUESTAS

Casi como si se tratara del mundo al revés, mientras en la mayoría de los distritos una de las quejas reiteradas por las entidades es la depreciación en los últimos años de los mecanismos de participación, los vecinos de Vallvidriera, muy quejosos por la "muy insuficiente" inversión en los barrios de montaña, lo que destacan positivamente del gobierno de Trias es precisamente que se han sentido más escuchados. "Han estado abiertos a dar explicaciones y han sido transparentes, tanto en lo que se refiere a proyectos como a inversiones, cuando los vecinos lo han pedido, buscando siempre el consenso", apunta la asociación de vecinos en una carta que han hecho llegar al alcalde, en la que, dicho eso, le reprochan sus varios incumplimientos.

Gerard Gual, presidente de la asociación de vecinos de Vallvidriera, lamenta que en cuatro años no hayan sido capaces de hacer un plan de movilidad para el barrio "por falta de voluntad política". "Los jóvenes llevan años pidiendo un bus nocturno; no puede ser que Vallvidriera esté toda la noche incomunicada por transporte público", denuncia.

Los vecinos de Vallvidriera reivindican también un equipamiento deportivo - "no hay ninguno en todo el barrio"-, blindar la oficina de Collserola y mejorar las líneas de servicios obligando a las compañías al soterramiento, ya que tras cada temporal acaban con postes por el suelo y todavía más aislados.

Esa sensación de "esperábamos más" también la transmite Francesc Ribera, presidente de la asociación de vecinos de El Putxet. "En estos cuatro años se han hecho cositas de mantenimiento, pero poco más", lamenta Ribera, quien tiene muy claras las prioridades para el barrio. La primera es la recuperación de la antigua Clínica Sant Josep. "Queremos que el ayuntamiento compre el edificio, ahora abandonado, y lo convierta en un equipamiento sociosanitario. No tenemos ningún centro de día público", concluye.

BLINDAJE DE LA ORENETA

En la vecina barriada de El Farró, el municipio acaba de licitar el proyecto para la rehabilitación de Vil·la Urània como un complejo de equipamientos. Esta licitación llega tras una movilización para conservar el legado del astrónomo Josep Comas i Solà. En mayo del 2012, Trias suspendió el derribo de Vil·la Urània el día en que tenía previsto llevarlo a cabo, después de que decenas de personas se concentraran ante la casa para protestar, y del revuelo suscitado en las redes sociales y en la prensa.

Aunque la gran victoria vecinal de estos años ha sido el compromiso de todos los grupos municipales para proteger el parque de la Oreneta. Manel Pau, uno de los impulsores de la campaña Salvem el Parc de l'Oreneta, explica que, después de lograr frenar la permuta de los terrenos aledaños al parque a Núñez y Navarro, la prioridad es que se haga efectivo el cambio de calificación del terreno -actualmente edificable- para blindarlo de forma definitiva. "Hemos enviado una carta a todas las candidaturas para que incluyan en sus programas una solución al conflicto", apunta Pau.

Tras 14 años de debate y una larga lucha vecinal, superada la resistencia de los comerciantes, el casco antiguo de Sarrià fue peatonalizado en el 2009. La calle Major de Sarrià se convirtió en lo que los vecinos reivindicaban, "una calle mayor de pueblo", lo que todos celebraron. En la misma medida lamentan la decisión del actual equipo de gobierno de bajar las pivotes que impedían el acceso rodado. "Ya que los bajan, como mínimo que hagan cumplir la velocidad, porque nadie va a 20", insiste Latorre, quien pone sobre la mesa la otra reivindicación histórica del lugar -anexionado a Barcelona hace menos de un siglo-, además del plan de movilidad: "Pedralbes es Sarrià, que nos lo devuelvan".