DEBATE SOBRE UN SECTOR ECONÓMICO CLAVE (10)

Vecinos contra lobis

Las entidades vecinales se sintieron despreciadas durante la audiencia pública

H. L. / P. C.
BARCELONA

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Nadie en el movimiento vecinal esperaba soluciones mágicas ni que la jornada del martes se convirtiera en una suerte de punto de inflexión que marcara el camino de la paz perdida, pero lo vivido en el auditorio de la biblioteca Joan Fuster sobrepasó el escepticismo vecinal. Los vecinos de los barrios más afectados por el turismo describen la audiencia del martes como «vergüenza», «escándalo», «falta de respeto» e incluso «insulto». Además de la ya conocida elección del reducido espacio y del feo del alcalde ausente, los vecinos denunciaron la a sus ojos pésima organización de la audiencia. «La palabra se daba a dedo, de forma arbitraria», coinciden los que acudieron a la audiencia a debatir sobre lo que consideran la saturación turística de la ciudad. Se quejan de que otros vecinos, los que se lucran del turismo mediante pisos turísticos o alquilando habitaciones en sus propias casas, llenaban media sala (en concreto la mitad delantera) y coparon el micro en la misma medida. Algo a lo que el otro bando respondió explicando que simplemente habían llegado antes a la cola. Cabe destacar que las primeras filas sí estaban ocupadas de antemano porque se reservaron a gerentes de distrito, representantes de Turismo de Barcelona y a algunos ponentes.

«Todo eran lobis, ¿para eso organizan una audiencia ciudadana?», lamentaba Lourdes López, vecina de la Barceloneta.

Maria Mas, de la Xarxa Veïnal de Ciutat Vella, lamentó también que el debate se centrara en la existente lucha de intereses entre los vecinos que se benefician del turismo y los que sufren sus consecuencias. «El tema principal para mí es el hotelero, que no está regulado. Es imprescindible una moratoria», apuntaba la líder vecinal, quien insistía en el peligro para Ciutat Vella del levantamiento del veto hotelero que supuso el cambio del plan de usos. Mas insiste en que Ciutat Vella está ya saturada, y que los cinco nuevos proyectos hoteleros «acabarán de destrozar la poca vida vecinal que queda». «El hotel que pretenden levantar junto a Santa Caterina se cargará la zona de Sant Pere, la única en la que aún hay tiendas de toda la vida. Cada nuevo hotel transforma toda una área», sentencia.

Para Joan Itxaso, de la asociación de vecinos de la Sagrada Família, la única respuesta que les han dado es la contratación de cuatro agentes cívicos, cuando el problema en su barrio es de saturación, no de civismo. «Si ponen a los agentes y no ensanchan las aceras ¡no sé dónde van a trabajar!», concluye.

Entre los defensores del negocio turístico, también quejas posteriores: «Provincianismo», «contradicciones», «inmovilismo»... Sobre el montaje, el ayuntamiento enfatizó que el formato lo eligió la FAVB. Y el guión también se pactó.