BARCELONA, DISTRITO A DISTRITO

El universo entre la Vila Olímpica y el Besòs

SANT MARTÍ es el distrito más heterogéneo, donde conviven barrios que están entre los más ricos y entre los más pobres de la ciudad. Algunos temas clave a tratar en el próximo mandato son el futuro de Glòries y del Port Olímpic. Esta radiografía es la quinta de una serie que retrata los 10 distritos de BCN.

RAMBLA DEL POBLENOU La apertura al mar será pronto una realidad.

RAMBLA DEL POBLENOU La apertura al mar será pronto una realidad.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El de Sant Martí es probablemente el distrito de Barcelona que presenta realidades más dispares en un mismo territorio. Poco o nada tiene que ver la vida en lo que queda de los asentamientos del Poblenou o el Besòs con la de los complejos residenciales de la Vila Olímpica. Es difícil, si no imposible, entender el distrito con un índice de natalidad más alto de Barcelona como un todo. Sant Martí, más que cualquier otro lugar, precisa de un análisis barrio a barrio, pese a ser el centro de varios asuntos de los etiquetados como «de ciudad» que tendrá que afrontar el próximo alcalde, como el futuro de la plaza de las Glòries o el del Port Olímpic, cuyas concesiones acaban en el 2020.

Uno de los conflictos abiertos en el distrito durante el primer mandato de Xavier Trias ha sido el desalojo de los grandes asentamientos de jóvenes subsaharianos que en los últimos años se habían creado en las decenas de solares vacíos de Sant Martí, sobre todo en la zona del 22@ y del Besòs. El municipio inició un plan para erradicarlos acompañado de un programa de reinserción que ha atendido, según las últimas cifras oficiales, a 596 personas, 69 de las cuales han sido insertadas en el mercado laboral y 30 han regularizado su situación legal en España.

"Es un tema no resuelto. La gente se ha dispersado en pequeños núcleos. Estas personas continúan existiendo, recogiendo chatarra y okupando, pero ahora son menos visibles porque están dispersas, con lo que su fuerza para reivindicar sus derechos también es menor", resume Manel Andreu, miembro de la asociación de vecinos del Poblenou y de la Xarxa de Suport als Assentaments, a ojos de quien el principal problema es el muro con el que se han encontrado en la Delegación del Gobierno, que niega los papeles a la mayoría.

Entre lo ganado en el Poblenou durante estos cuatros años, los vecinos destacan la apertura de la rambla hasta el mar y la recuperación definitiva con su compra por parte del ayuntamiento y su cesión a las entidades de la vieja cooperativa la Flor de Maig, después de la ocupación vecinal cuando un recién llegado alcalde Trias decidiera prescindir del histórico espacio "por la carestía del alquiler".

La lista de asignaturas pendientes la encabeza la reforma de la calle de Pere IV y la flagrante falta de plazas en institutos públicos.

RESIDENCIA PENDIENTE

Miquel Catasús, vocal de Urbanismo de la asociación de vecinos de El Clot, valora el mandato con un "regular". Su principal queja, que es a la vez la principal demanda para el próximo mandato, es la apertura de la residencia de la Alchemika, terminada de construir en el 2011 y aún pendiente de apertura. "Depende de la Generalitat, no del ayuntamiento, pero este se comprometió a hacer todo lo posible por abrirla", matiza Catasús, quien insiste en que "todo se ha hecho tarde y con prisas".

En cuanto a las Glòries, el gran tema, el vecindario reivindica los equipamientos pactados en el 2007, y aún pendientes. "De nuestro barrio se ha hecho solo la biblioteca y con trampa, porque se ha hecho fuera del barrio", concluye el activista, quien insiste en la importancia de defender la sanidad y la educación.

ACABAR CON LA ALUMINSOSIS

Para los vecinos del barrio del Besòs-El Maresme, con una renta familiar de 53 estando la media barcelonesa en 100, la máxima prioridad cara al próximo mandato es la mejora del precario parque del viviendas. "Hay que acelerar la instalación de ascensores y la erradicación de la aluminosis", reivindica Marcelino Sánchez, presidente de la asociación de vecinos, quien también apunta a la mejora de la seguridad como otra de las prioridades para el vecindario.

En el otro extremo del distrito, como si lo fuera de la galaxia, la Vila Olímpica, con una renta familiar media de 151,6. 

Para Jordi Giró, el presidente de su asociación de vecinos, la gran victoria del barrio en los últimos años ha sido la consulta ciudadana para decidir cómo se debía hacer la reforma de la avenida de Icària y el inicio de las obras "siguiendo el mandato ciudadano", que optó por la reforma más conservadora. "También se ha mejorado la avenida de Bogatell y hemos logrado una zona de ocio para animales en la plaza de los Campions que llevamos tiempo pidiendo", prosigue Giró, quien tampoco se olvida de los no pocos asuntos pendientes, entre los que subraya la necesidad de poder usar las aguas freáticas para regar los muchos jardines del barrio, muchos de ellos, protegidos, en los interiores de sus complejos, cuyo riego corre a cargo de la comunidad.

FALTA DE TEJIDO COMERCIAL

Giró ve también urgente un plan para potenciar un tejido comercial que no arranca y abrir el necesario debate sobre el futuro del Port Olímpic. "Es importante repensar la zona del puerto para que deje de ser solo una concentración de ocio y se convierta en un espacio ciudadano de carácter más familiar. Las concesiones terminan en el 2020, así que hay que empezar a dibujar qué puerto queremos ya", concluye el presidente de la asociación de vecinos del joven barrio, que este mandato ha celebrado su 20º aniversario.

La prioridad absoluta para Carmen Gómez, presidenta de La Pizarra de Raimunda, asociación de ayuda a la mujer de Sant Martí de Provençals, es "reforzar los diezmados servicios sociales y las ayudas". "Los recortes han hecho mucha mella en el barrio. Nos encontramos con muchísimas mujeres a las que han vuelto a convertir en los puntales de las familias porque sus hijos no tienen recursos para pagar las guarderías o incluso a hacer frente a sus hipotecas. Muchas mujeres con pensiones pequeñas tienen que volver a mantener a sus hijos, ya mayores, sin poder obtener prácticamente ninguna ayuda", concluye la activista.