POLÉMICA OPERACIÓN URBANÍSTICA EN COLLSEROLA

Una urbanización junto al parque de la Oreneta solivianta al barrio

Terrenos junto al parque de la Oreneta, actualmente llenos de árboles, en los que se prevé construir pisos.

Terrenos junto al parque de la Oreneta, actualmente llenos de árboles, en los que se prevé construir pisos.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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manel Pau, vecino de Sarrià y miembro de la recientemente creada Plataforma Defensem el Parc de l'Oreneta, insiste en que no se trata de una cuestión de «barrio contra barrio». Subraya que de lo que se trata es de proteger una zona boscosa, hoy por hoy propiedad municipal y que los vecinos usan como si fuera una parte más del parque al estar pegada a él. Si prospera el convenio firmado entre el Ayuntamiento de Barcelona y la constructora Núñez y Navarro, en breve esa zona -que a pesar de ser una frondosa arboleda es suelo edificable- se convertirá en una nueva urbanización de lujo de la zona alta. El pacto entre el municipio y la constructora prevé que la inmobiliaria ceda las masías de Torre Garcini, en Horta-Guinardó, y de Can Ripoll, en Sant Gervasi, a la ciudad a cambio de que esta le ofrezca superficie para edificar a los pies del monte de Collserola.

Fuentes municipales defienden el plan, actualmente en periodo de exposición pública, destacando que la permuta permite recuperar dos masías muy reivindicadas por sus barrios «sin recalificaciones». La parcela junto al parque de la Oreneta ya es suelo edificable, «solo se añade densidad proveniente de Torre Garcini», apuntan esas mismas fuentes.

SUBIR LA CIUDAD AL MONTE / Para la plataforma en defensa del parque, el problema es que esos terrenos sean edificables. «Se llenan la boca con las puertas de Collserola y el discurso de que hay que bajar la montaña a la ciudad y después lo que promueven es llenar la montaña de cemento», insiste Pau. En la misma línea se expresa el candidato del PSC a la alcaldía, Jaume Collboni, quien pide parar el plan, calificar los terrenos como zona verde y proponer un nuevo convenio que permita recuperar las masías para convertirlas en equipamientos «buscando compensar el suelo edificable en terrenos donde no se dañe el medioambiente». Lo mismo opina Ricard Gomà, líder de ICV-EUiA en el consistorio, quien ve en el actual acuerdo «una nueva evidencia de cómo se antepone el interés privado al público».

Según el Plan General Metropolitano (PGM) vigente, en los terrenos de la calle de Montevideo, bajo el parque de la Oreneta, se podrían edificar seis viviendas unifamiliares de unos 500 metros cuadrados. Si prospera el nuevo convenio, se trasladarán a la finca 2.415 metros cuadrados edificables y una densidad de 24 viviendas provenientes de la masía de Torre Garcini, en Horta.

En la zona alta no todos están en desacuerdo con la operación. Hay vecinos que la defienden poniendo énfasis en la recuperación ciudadana de Can Ripoll, en la calle de Alfons XII, 49, ya que la zona de Galvany está falta de equipamientos municipales. Los contrarios, también vecinos del barrio, insisten en que una cosa no es incompatible con la otra -«vincularlas es un chantaje», consideran- y siguen recogiendo firmas tanto en internet como en los comercios del barrio para parar un plan «que perjudica a toda la ciudad, ya que el bosque que se perderá es de todos», argumenta Pau. Para septiembre, preparan nuevas acciones de protesta, coincidiendo con el fin del plazo de exposición pública, que acaba el próximo 12 de septiembre.LA CONTRAPARTIDA / La Plataforma Salvem Torre Garcini se creó hace ya algunos años en el barrio de Horta para forzar al municipio a convertir esa finca, comprada por Núñez y Navarro en el 2005, en un equipamiento para el barrio y en un parque. Su jardín es una de las pocas zonas verdes que podría abrirse en el barrio. A primera vista el colectivo sería el gran beneficiario del convenio; pero los vecinos de Horta no están satisfechos del todo. «Han restado 2.145 metros de edificabilidad, pero en Torre Garcini seguirán quedando 2.305 metros cuadrados edificables, donde se podrían construir 35 viviendas. Queremos la protección total de la finca», reclama Carme Martín, vecina y miembro de la plataforma vecinal de Horta.

El combativo colectivo, que reivindica el valor histórico de la masía y la necesidad de abrir también el jardín al barrio, está preparando alegaciones al proyecto en esa línea, igual que está haciendo la plataforma en defensa del parque de la Oreneta y los distintos grupos políticos de la oposición. Solo el PP votó a favor de su aprobación inicial.