RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA URBANÍSTICA DE bcn

Una placa homenajea a las barracas del Carmel

Está ubicada junto a las viviendas de Raimon Casellas y fue inaugurada ayer

Vecinos miran las fotos antiguas, ayer.

Vecinos miran las fotos antiguas, ayer.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Continúa la colocación exprés de placas en homenaje a los antiguos barrios de barracas de Barcelona; el mandato expira y es menester cumplir. El turno ayer fue para los asentamientos de Can Baró y el Carmel, homenajeados en una placa dispuesta en el punto exacto donde la carretera del Carmel gira frente al grupo de viviendas de Raimon Casellas, conocidas como «pisos verdes». «Los barrios de barracas de Can Baró y El Carmel surgieron a partir de 1945, y tenían unos 3.000 habitantes en los años 70», recuerda el texto, y luego: «Barcelona rinde homenaje a sus habitantes». Durante el acto se expusieron fotos de la época que los vecinos consultaron para buscarse.

Las barracas en este sector de la ciudad se organizaron en torno a la batería antiaérea del Turó de la Rovira. Condenada a la obsolescencia con el fin de la guerra civil, la instalación militar cayó de la noche a la mañana en desuso y a mediados de los 40 se instalaron allí las primeras familias. Los barrios de barracas propiamente dichos se empezaron a formar cuando ya no hubo más espacio libre en la batería, y surgieron de esta manera núcleos como el de Los Cañones, de los primeros en formarse. Poco después brotaron El Hoyo y El Santo, que no tardaron en destacar como núcleos con identidad propia. Un censo llevado a cabo por el ayuntamiento en el año de 1956 arrojó que había 570 barracas en el lugar y que allí vivían ya unas 3.000 personas, la mayor parte procedentes de Andalucía.

En 1970, con la creación del Centro Social del Carmelo, germen de la Associació de Veïns del Carmel, empezó la lucha vecinal por la mejora de las condiciones de vida. Pero dos décadas tuvieron que pasar para que cayera la última barraca.