Recuerdo póstumo

Una calle para Pepe Rubianes

Homenaje a Rubianes en el Sant Jordi, en junio del 2009, con todos sus amigos en el escenario.

Homenaje a Rubianes en el Sant Jordi, en junio del 2009, con todos sus amigos en el escenario.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / Barcelona

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Fue a mediados de los años 70 cuando José Rubianes Alegret empezó a desentrañar su vocación. Presenció una actuación de Dario Fo en el Grec y quedó prendado por la fuerza del sátiro italiano. Le acompañaba su amigo Joan Lluís Bozzo, uno de los padres de Dagoll Dagom, que recuerda bien que durante esa noche se produjo «la epifanía monologuista de Pepe». Poco después, en los primeros 80, inició su carrera en solitario, una exitosa vida artística truncada por un cáncer que el 1 de marzo del 2009 segó su vida. Dentro de tres semanas se cumplen cinco años de su desaparición, razón por la cual EL PERIÓDICO inicia hoy una campaña para que el Ayuntamiento de Barcelona le dedique una calle. Y a poder ser, en su estimada Barceloneta.

Emprender esta cruzada ahora responde a una cuestión formal, puesto que la normativa municipal exige que pase un lustro para poder incluir el nombre de un personaje público en el nomenclátor de la ciudad. Solo el jefe del Estado o los agraciados con una medalla de oro pueden saltarse esta condición, méritos que no se cuentan entre los logros de este actor nacido en 1947 en la gallega Villagarcía de Arousa.

VINCULADO A BCN / Superado el trámite cronológico, el consistorio requiere que los candidatos estén «preferiblemente vinculados a Barcelona y que tengan una trayectoria reconocida en alguno de los campos científico, cultural, político u otros». Descartado su concurso en gestas científicas o políticas -en la categoría de otros podría hacerse un hueco su éxito entre las mujeres-, nadie puede discutir su aportación al teatro y, sobre todo, al monólogo. El nombre de Rubianes se asocia a la risa, el humor incorrecto y ácido, la gestualidad, el sexo, África. Más de uno habrá que lo haya vivido en todas esas facetas a la vez. Bozzo pone el balón en el suelo y defiende su condición de «genio». Lo dice desde la distancia, con la mirada objetiva de alguien que lleva en esto cerca de 40 años. «El nivel que alcanzó su monólogo es insólito en nuestro país. Ha sido el actor más incisivo y querido del teatro catalán en los últimos 2.000 años. Era culto, un gran poeta y quizá el artista que ha sabido llegar a más gente y de más distinto origen, ideología y edad».

La reacción social y el duelo que generaron su muerte, a los 61 años, un domingo de elecciones en Galicia, de derrotas del Barça y el Español, es quizá la mejor tarjeta de presentación para que el gobierno local valore la posibilidad de rendir homenaje al único actor que ha logrado un lleno absoluto de una misma función durante casi 10 años. Ya sea con una calle o una plaza -un pasaje sabría a poco y unos jardines traerían a la memoria la imagen del Rubianes pelándosela debajo de una palmera, como él mismo recordabaSEnD, la ciudad saldaría una deuda y enterraría polémicas pretéritas que, según Bozzo, «tanto le dolieron en sus últimos años de vida».

PÁGINA EN CHANGE-ORG / EL PERIÓDICO ha abierto una página en Change.orgChange.org , la mayor plataforma de peticiones en internet, para que todo el que lo desee se sume a la iniciativa. La normativa del nomenclátor no exige un número determinado de firmas, ni avales ni padrinos para tomar en consideración la petición, pero a nadie se le escapa que no es lo mismo presentarse como un grupo de amiguetes o como un enorme, heterogéneo y masivo colectivo de ciudadanos anónimos. Todo el que lo desee y tenga cuenta de Twitter, puede usar la etiqueta #CarrerdePepeRubianes para dar su apoyo a una campaña que este diario no tiene intención de apropiarse. «Pepe Rubianes era de la gente. Por eso no se irá nunca», escribía el editor Ernest Folch tres días después del fallecimiento del actor.

Es probable que algún particular ya haya cursado en el ayuntamiento una petición similar. Si ese fuera el caso, EL PERIÓDICO se suma con humildad, como lo hacen Las Viudas de Pepe, las que firman el artículo que acompaña esta información; las mismas que cada 1 de marzo, desde hace cuatro años, insertan una esquela en las necrológicas del diario, como la del 2013, un homenaje muy contemporáneo: «Hace ya cuatro años que Pepe Rubianes nos mandó a tomar viento a familia, amigos y público en general. ¡Cómo te añoramos, cáspitas! ¡Y lo bien que nos vendrías ahora, con la que está cayendo!».

EN MANOS DEL ALCALDE / Una vez la ponencia del nomenclátor, presidida por el concejal de Cultura, Jaume Ciurana, reciba la petición, emitirá un informe estimando la oportunidad de la idea. En caso de ser favorable, y puesto que se propone como  posible ubicación la Barceloneta, el distrito de Ciutat Vella deberá redactar un dictamen en un plazo máximo de 60 días. Una vez todos los órganos hayan compartido su veredicto, y en el caso de que este sea afirmativo, será el alcalde, sin necesidad de que el pleno se pronuncie, quien tenga la última palabra.

Jordi Hereu dijo el 4 de marzo del 2009, tres días después de que Rubianes perdiera un año de batalla contra el cáncer, que el homenaje estaba asegurado: «No tengan ninguna duda de que Barcelona le recordará con un espacio público». Ahora gobierna CiU, así que las herramientas para estampar el nombre del actor galaicocatalán en el mármol están en las manos de Xavier Trias.