consecuencia de un ALTERCADO entre okupas y GUARDIA URBANA EN EL 2006

Triste desenlace para una joven condenada por agredir a un agente

Patricia Heras tenía el tercer grado y se quitó la vida el martes en su casa

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Patricia Heras nunca aceptó su culpabilidad. Quizás por ello, según se desprende de la nota que ayer mandaron sus amigos a la prensa, esta joven decidió el martes quitarse la vida y no volver a ingresar en prisión. En enero del 2008 fue declarada culpable de un delito de atentado contra la autoridad durante una trifulca entre okupas y agentes de la Guardia Urbana acontecida en una finca de la calle de Sant Pere més Baix el 4 de febrero del 2006. La Audiencia de Barcelona consideró probada su participación en el lanzamiento de una valla metálica contra un policía, una sentencia que el Tribunal Supremo ratificó en junio del 2009. En octubre del 2010, después de que tampoco prosperara la petición de indulto al Consejo de Ministros, Heras ingresó en la prisión de Wad-Ras. En enero logró el tercer grado, por el que pasaba el día en libertad y acudía a la cárcel a dormir.

La joven siempre negó los hechos alegando que ni tan siquiera se encontraba en el lugar -donde según la policía se celebraba una fiesta ilegal- cuando empezó la bronca. También denunció malos tratos por parte de la policía local, una acusación que fue respaldada en su momento por Amnistía Internacional.

Aquel mismo día, un agente de la Guardia Urbana recibió un impacto en la cabeza que le dejó en coma y tetrapléjico y que acabó con otros tres jóvenes en prisión, a los que, a pesar de tratarse de un delito a priori mucho más grave, les cayó una pena muy parecida a la de Heras.

Los amigos de la fallecida han convocado para hoy una manifestación para denunciar «un proceso de irregularidades y mentiras por parte del ayuntamiento y la Guardia Urbana» que ha derivado, siempre según los convocantes, en la muerte de esta joven que siempre negó los hechos «y que prefirió quitarse la vida antes que volver a prisión».