Trias toma partido por el Govern en la pugna por la deuda

Intervención del alcalde Trias en el pleno extraordinario de ayer.

Intervención del alcalde Trias en el pleno extraordinario de ayer.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Cien millones de euros provocaron ayer un nuevo combate entre Xavier Trias y el trío de la oposición integrado por PSC, PP e ICV-EUiA y unido por sus discrepancias sobre la espinosa cuestión de la deuda del Govern con la ciudad de Barcelona. Para la concejala de Economía, Sònia Recasens, la cifra válida a fecha de hoy son 114,7 millones de adeudo. Para los tres partidos, que ayer aprobaron una proposición al respecto, suman 215. Una diferencia de criterios que elevó ayer la temperatura en el pleno extraordinario monográfico al respecto, hasta el punto de que el alcalde salió en defensa explícita del Govern. «El futuro es de colaboración con la Generalitat», «somos acreedores, pactamos y buscamos soluciones de futuro», sentenció, asumiendo el esfuerzo que hace la capital catalana, justificado por «la difícil situación» económica del gobierno de Mas.

El pleno extraordinario no avanzó ni un paso respecto a las posiciones preestablecidas. Con la vista puesta en las elecciones, los tres aliados apuntan a la yugular en busca del desgaste político de las dos administraciones que comanda CiU, a ambos lados de la plaza de Sant Jaume, y de su discurso soberanista. Y Trias encontró su aliado, como en la contienda nacionalista, en el republicano Jordi Portabella. Este fue el único que no votó a favor de esa proposición, al considerar que el debate era parcial y que el quid de la cuestión estriba en la deuda del Estado con la ciudad, que «quintuplica» la que debe abonar la Generalitat.

50 horas de debate

El pleno del consejo municipal vino a ser la guinda a una docena de reuniones de la comisión formada en el 2013 para estudiar y hacer seguimiento de la deuda, con un saldo de «50 horas» de trabajo y «mucha saliva», según Portabella. Pero poco consenso, vista la pugna de ayer, que abrió el presidente del grupo municipal socialista, Gabriel Colomé, al grito de «Catalunya nos roba». Los grupos opositores querían dejar constancia, con su aprobación, de una proposición que eleva a 215,2 millones de euros la susodicha deuda, al no reconocer algunos pagos realizados en dación (mediante cesión de bienes), entre otros. La declaración también enfatiza que el ayuntamiento ha tenido que hacer otros gastos supletorios ante la menor aportación del Govern durante el mandato que acaba. Incluso apuntan que la estimación real del dinero al descubierto alcanza los 300 millones de euros. Y subrayan que durante el 2014, el 76% de importes cobrados por el consistorio local se realizaron mediante el mecanismo estatal del FLA (fondos de liquidez autonómica), amén de exigir que en el futuro «no se confunda la lealtad con la sumisión institucional» y que se dé a conocer el calendario de pagos previstos en 10 años.

El baile verbal de millones que ayer se presenció -sonaba casi a un juego de trileros, a conveniencia de unos u otros, sin cifras ni criterios contables consensuados- era solo la punta del iceberg. De fondo, el pleno peleó por el papel que adopta Barcelona respecto a la Administración autonómica. Siendo ambas del mismo color, la oposición acusa a Trias de plegarse al dictado de Mas. «Uno de cada cien euros de ingresos públicos del ayuntamiento provienen de la Generalitat», reiteró Alberto Fernández-Díaz, cansado de «la renuncia del alcalde a defender los intereses de Barcelona» y del «menosprecio del Govern» por su capital. Su grupo cuantifica la deuda en 317 millones, sin mostrar el detalle.

Dinero adelantado

En cambio, Joaquim Mestre (ICV-EUiA) pusó el dedo en la llaga de «las transferencias no hechas para guarderías, escuelas de música...», que avanza el municipio, y del famoso pago de plazos mediante fincas y solares, en operaciones que son vistas como opacas. Y aunque la cifra asumida por el Govern a final del pasado año fue de 148,4 millones y ya generó discrepancias entre la oposición municipal, la propia concejala Recasens la actualizó ayer hasta 114,7 millones -«avalada por interventores y auditorías»-, al contabilizar solo la deuda vencida (la exigible porque ha finalizado el plazo de devolución). Si se compara con los 227 de hace dos años, la edila lo ve un éxito, como cerrar el último ejercicio con superávit. Pero ante las cifras de la oposición, la evolución sería casi nula, objetaron ayer.

Ante las acusaciones de Colomé, que llegó a llamar a Trias «masover» del president Mas, el alcalde acabó interveniendo, después de que Recasens perjurara la «solvencia y credibilidad» contable del consistorio, con lo que ella considera superávit real. Por contra, echó en cara al tripartito municipal que dejara un saldo negativo al no incluir en su cierre de mandato la devolución final de las PIE (participación en los ingresos del estado) correspondientes.

Para Trias, el gobierno de Mas heredó un agujero «insoportable» de 60.000 millones de euros, que se suma a la crisis de modelo de financiación del Estado. Un mix peligroso que obliga al ayuntamiento, defiende, a alinearse con la Generalitat. «Catalunya no nos roba, el Estado nos maltrata», clamó. Y defendió la futura colaboración con ambos. «Y tanto que ayudamos al Govern. Se trabaja codo con codo para dar respuesta» a necesidades sociales, de salud y cultura, defendió con vehemencia.