CAMBIO EN la fórmula URBANÍSTICa DE BARCELONA

Trias da por acabado el «show» de construir edificios «insostenibles»

Simulación informática de la imagen nocturna de la fallida torre de Zaha Hadid, proyectada para el Fòrum.

Simulación informática de la imagen nocturna de la fallida torre de Zaha Hadid, proyectada para el Fòrum.

ROSA MARI SANZ / PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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La crisis ha fulminado el que tenía que ser edifico símbolo del campus del Besòs, la torre de la arquitecta iraquí Zaha Hadid, como avanzó ayer EL PERIÓDICO. Y con ello, se ha abierto un debate sobre el fin de un modelo de Barcelona de costosos rascacielos que ayer corroboró el alcalde Xavier Trias, al asegurar a este diario que durante su mandato «el espectáculo de hacer edificios insostenibles económicamente» no tendrá cabida. «No tiene sentido. Siempre se ha querido hacer todo sin financiación y esto se ha acabado», sentenció Trias, quien duda de que en un futuro se acabe levantando el rascacielos del Fòrum, algo que no descarta a largo plazo el Consorcio de la Zona Franca (CZF), encargado de edificarlo y costearlo.

Este modelo urbanístico basado en iconos de arquitectos de firma, iniciado en la etapa de Joan Clos, cosecha años de voces críticas. Como la de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB), que ha denunciado reiteradamente las grandes construcciones de Diagonal Mar, con edificios «clónicos», con «un gasto muy elevado y unos beneficios para los ciudadanos que no han sido palpables», recordó ayer su presidente, Jordi Bonet. «Este aire faraónico no se habría parado si no fuera por la crisis», lamentó el portavoz vecinal, algo en lo que coincide el urbanista Jordi Borja. Este opina que en la Barcelona olímpica tuvo sentido la construcción de las dos torres (Mapfre y Agbar) frente al mar, porque «no había ninguna trama y era necesario señalar el lugar», pero considera que lo hecho posteriormemte desde Glòries al Fòrum «es un desastre, con piezas aisladas que no generan calidad en el entorno».

POLÉMICA / Borja cree que no ha habido modelo urbanístico, sino «permisividad política». Tampoco cree que hubiera una pauta Oriol Clos, exarquitecto jefe (con los alcaldes socialistas Joan Clos y Jordi Hereu): «No había ningún modelo, por lo tanto no ha cambiado. Es una cuestión del momento actual. Se han de establecer las prioridades del momento. Confío en que se pueda hacer finalmente la torre de Hadid porque es un proyecto a muy largo plazo». Un parón, o baja definitiva, que la arquitecta Beth Galí también lamenta, ya que considera que se trataba de «una pieza muy importante para acabar de urbanizar» ese sector del Fòrum.

El concejal de Urbanismo, Antoni Vives, cree que la era de los superarquitectos internacionales importados se ha acabado y hay que priorizar la obra de creadores e ingenieros catalanes, además de dar por finiquitado el modelo de construcción basada en plusvalías inmobiliarias. Defiende pensar más en los usos y el desarrollo de los barrios. Idea que comparte el arquitecto Luis Alonso, que ya vio congelarse su proyecto de residencia estudiantil para el 22@ y que defiende una «promiscuidad funcional» para concitar el máximo de usos y horas de utilización de los nuevos edificios. Su receta es múltile: más talento local (que ahora ha de buscarse la vida fuera), más sinergias entre lo público y lo privado para levantar nuevos edificios, y más visión de «sostenibilidad económica» para optimizar proyectos.