LA EVOLUCIÓN DEL ENFRENTAMIENTO

Trias y los okupas enfrían el conflicto de Can Vies

La excavadora quemada, entre los escombros, ayer.

La excavadora quemada, entre los escombros, ayer.

HELENA LÓPEZ / CARLOS MARQUEZ / Barcelona

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Pelota al suelo en Can Vies. Una semana después del desalojo, de la icónica imagen de la grúa echando al suelo un centro social con 17 años de historia, del estallido de rabia en la calle, de las seis noches de violencia callejera, de las muestras de solidaridad vecinal llegadas de toda la ciudad y de las críticas a la actuación policial -desproporcionada para algunos y blanda para otros- ayer Sants vivió un día de calma, que todos, vecinos, activistas y ayuntamiento, necesitaban como agua de mayo. El alcalde, Xavier Trias, insistió en el mensaje de que mantiene la mano tendida al diálogo siempre que haya paz, y los miembros del centro social convertido en polvorín persistieron en su idea de seguir con los trabajos de reconstrucción, desmarcándose tanto de la negociación -posibilidad  que dicen no contemplar- como de los disturbios. «No lo entramos a valorar porque no somos responsable de lo que pasa en la calle», dijo el portavoz del colectivo en rueda de prensa. «El malestar de la sociedad va mucho más allá de Can Vies y es de ser muy inocente o muy ciego pensar lo contrario».

El contexto no parece pues de fácil arreglo, aunque la segunda jornada consecutiva sin altercados -y sin la abrumadora presencia policial por tierra y aire- y el desvío del gran foco mediático hacia la sucesión monárquica destensaron el ambiente. En el consistorio, el alcalde pactó con la oposición un pleno extraordinario (véase la página siguiente) que debe celebrarse antes del mes de junio, pero nada trascendió de los discretos contactos que se mantienen con el entorno okupa.

Proyectos de futuro

El teniente de alcalde y concejal de seguridad, Joaquim Forn, anunció que hoy sacarán la excavadora del solar. Y los miembros de Can Vies, que hoy volverán a trabajar en la reconstrucción del espacio iniciada el sábado, y mañana harán una asamblea para explicar al barrio cuáles son sus planes para el lugar. Del plan que se debatirá mañana, ayer avanzaron que estudian iniciar una campaña de micromecenazgo para recaudar fondos. La idea es convertir la antigua capilla, la parte derribada, en una plaza. «El edificio está en condiciones», añadió el portavoz okupa.

En cuanto a la negociación, falta encontrar quien quiera sentarse a la mesa, después de la negativa de los miembros de Can Vies y de que tanto el Centro Social de Sants como la

FAVB, las dos entidades que iniciaron el diálogo con la Administración y que han hecho avanzar la crisis, hayan asegurado que no insistirán en el diálogo si Can Vies no quiere. Pero esta negativa, conocida la querencia por buscar un acuerdo con discreción, hay que tomarla con pinzas. Un síntoma positivo es que el helicóptero de los Mossos lleva dos días en tierra. Que la cosa se enfría. Y que la distensión es abono para el cultivo de un eventual acuerdo.