Trias apoya su política exterior en un legado posolímpico aún vigente

A pie de calle 8 Trias recorre, el pasado jueves, una de las tortuosas calles de las favelas de Babilónia y Chapéu Mangueira en Rio de Janeiro.

A pie de calle 8 Trias recorre, el pasado jueves, una de las tortuosas calles de las favelas de Babilónia y Chapéu Mangueira en Rio de Janeiro.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Desde los años preolímpicos, Barcelona y sus cuatro alcaldes se han volcado en la proyección internacional. La meta estratégica del 92, entendida como un objetivo urbano y social con rendimiento a largo plazo, así lo exigía. No se partía de cero pues la modernidad empezó al votar en libertad por primera vez, pero el despegue fue a partir de entonces, en urbanismo, turismo, fomento empresarial y en cooperación y desarrollo. Ese impulso, que visto en perspectiva aparece como más transversal políticamente de cuanto cabría imaginar, llega hasta hoy. Xavier Trias, primer alcalde no socialista en tres décadas hay que recordarlo, acaba de llegar de un viaje institucional de 11 días por tres enormes países americanos. En ese periplo, el legado posolímpico, la marca, el modelo Barcelona de la hoy liquidada era socialista ha sido la base, el apoyo de la palanca usada por el alcalde.

Lo reconoce sin ambajes, pero de inmediato le añade la pretensión de su equipo de actualizar el rumbo con la incorporación de las nuevas tecnologías. Es la tan pregonada como aún poco comprensible para muchos ciudad inteligente, tecnológica o eficiente. La llamada smart city, en la lengua franca, que su hiperactivo ariete internacional, además de teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, anuncia por doquier con el convencimiento del vendedor más motivado.

PROMOCIÓN DISPAR / En el viaje por Estados Unidos (la hipercapitalista Miami), Colombia (la renacida Medellín y la pacificadora Bogotá) y Brasil (la olímpica en apuros Rio de Janeiro) Trias ha seguido esa estela posterior al 92. Lo ha hecho promoviendo hechos tan distintos como los cruceros para ricos, otra faceta de ese turismo que con los años se ha convertido en una invasión, el asesoramiento en grandes obras y planes urbanos, la promoción de zonas económicas innovadoras como el 22@ y los proyectos de cooperación, solidaridad y apoyo a situaciones sociales extremas.

¿Significa esto que CiU carece de programa propio? Voces de la oposición así lo proclaman entre el Besòs y el Llobregat, pero hacen la boca pequeña si se trata de la acción exterior. En realidad, es lo que se ha convenido en llamar el modelo Barcelona que tiene una longeva y sorprendente solvencia, entidad y vida propias para muchos. Cabría decir que más de lo que los propios responsables municipales podrían esperar.

Pasqual Maragall recorrió el planeta entero en sus muchos años como alcalde. Su etapa incluyó los saltos que anunciaron la candidatura olímpica triunfadora, con Jordi Pujol a su lado, la exitosa celebración de los Juegos y el quinquenio que todavía siguió como primera autoridad municipal. La proyección internacional se afianzó y el pedigrí urbano barcelonés fue una realidad.

Joan Clos, el sucesor entre 1997 y el 2006, llevó la fiebre viajera al extremo. Protagonizó el inefable Fòrum de les Cultures y también el distrito tecnológico del 22@. Las misiones de promoción y búsqueda de mercados se encadenaron y repitieron: China, India, Chile, Estados Unidos... La marca internacional no cesaba de consolidarse mientras que la personal e interna del propio Clos se deterioraba a un ritmo que acabó con su relevo por Jordi Hereu. Entonces el PSC puso más el acento en casa, pero la siembra estaba hecha y los frutos crecían vigorosos. Ello no impidió que Hereu tomara aviones a la emergente China o al cercano, también demográficamente, Marruecos. Durante su alcaldía, Barcelona dio otro paso significativo en proyección exterior al acoger el secretariado de la Unión por el Mediterráneo.

En casi tres años de gobierno, y en minoría, Trias ha visitado China, Estados Unidos, Israel y, la semana pasada, Latinoamérica. En el tintero de grandes viajes quedarán posiblemente la India y Japón. Las municipales están a solo 12 meses y además este es un año políticamente denso. Tres continentes con presencia barcelonesa en planes urbanísticos, de cooperación social, de impulso empresarial, y todos de largo recorrido y raíces posolímpicas pero con el añadido de la nueva frontera de la innovación. «Es muy importante salir al exterior», dijo Trias en Brasil; «exportamos el modelo Barcelona en estado puro», añadió Vives. Un modelo de calidad y equilibrio urbanos que CiU criticó con fuerza en muchos aspectos desde la oposición.