9 MILLONES DE VIAJEROS EN EL 2018

El tren lanzadera BCN-El Prat romperá el monopolio de Renfe en Rodalies

Vila afirma que el nuevo operador, que pagará también la obra licitada por Fomento antes del verano, podría ser catalán

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El tren lanzadera que unirá el centro de Barcelona (desde las estaciones de Sants, Passeig de Gràcia y El Clot-Aragó) con la terminal T-1 del aeropuerto de El Prat "romperá por primera vez el monopolio de Rodalies" que históricamente ha tenido Renfe, ha afirmado este martes Santi Vila, 'conseller' de Territori del ejecutivo catalán.

El proyecto público-privado es una propuesta de la Generalitat para desencallar una infraestructura de titularidad estatal que está paralizada desde hace años. El tramo de nueva construcción entre la actual estación final de Rodalies en la T-2 y la T-1, que completará el recorrido ya existente desde el centro de la capital con un túnel bajo las pistas, se podría licitar antes del verano, según había declarado por la mañana en el propio aeropuerto la ministra de Fomento, Ana Pastor.

La empresa que gane el concurso no solo gestionará y prestará el servicio ferroviario sino que también pagará casi todas las obras, que tienen un presupuesto de 210 millones y un plazo de ejecución de tres años. A finales del 2018 o principios del 2019 la línea debería ser una realidad, según estas previsiones.

Es la primera vez que el Estado impulsa una infraestructura con la fórmula mixta de capital privado y de presupuesto público, y después de un concurso de los llamados de diálogo competitivo, en los que las empresas participan previamente con propuestas en la redacción de las condiciones de licitación. Vila dijo que ya ha habido contactos con firmas interesadas y aludió, sin concretar si podrían ser TMB o FGC, a "empresas catalanas muy conocidas y reconocidas que ganan concursos ferroviarios en otras partes del mundo".

Estudio de viabilidad

El estudio de viabilidad del futuro enlace hecho por Territori indica que usarían los trenes entre siete y nueve millones de viajeros al año. Con esa cifra la Generalitat considera que la operadora haría suficiente negocio para amortizar su inversión en las obras y además costear logicamente el servicio. Estos argumentos son los que, al parecer, han llevado a Fomento a impulsar el plan.

No se prevé abrir una estación de este tren en la T-2 (la actual parada final se cerrará) aunque no se descarta hacerlo en un futuro. Los convoyes pasarán de largo, pero los viajeros de la línea podrán acceder a la terminal histórica volviendo sobre sus pasos con la L-9 del metro que se pondrá en servicio a principios del 2016 entre Zona Universitària y la T-1.

Desde Sants el viaje directo en tren hasta la nueva terminal aérea durará 17 minutos. Si el trayecto empieza en Passeig de Gràcia el tiempo será de 23 minutos. En caso de ir después en metro hasta la T-2 habrá que sumar cuatro minutos más. La L-9 también llegará a las dos terminales, pero tardará bastante más por su mayor recorrido a través de los municipios de Barcelona, L'Hospitalet y El Prat, y por tener un total de 16 paradas. Su pasaje deberá ser principalmente local, según las previsiones de Territori.

El precio del billete de este nuevo enlace de Rodalies tendrá un recargo. Podrà oscilar entre el mínimo de 0'9 euros, valor actual de un viaje con la T-10 que sería la tarifa sin ningún coste adicional establecida para trabajadores del aeropuerto, y un máximo de 6,15 euros dependiendo de si el título utilizado es integrado o no y del grado de recurrencia.

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