La policía pone la lupa sobre los distribuidores del 'top manta'

fsendra34846012 los mossos d esquadra han detenido a siete hombres de origen160728174001

fsendra34846012 los mossos d esquadra han detenido a siete hombres de origen160728174001 / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La detención de siete manterossiete manteros este jueves en Barcelona por parte de los Mossos d'Esquadra encaja dentro de la nueva estrategia policial para combatir la venta ambulante ilegal cortocircuitando la distribución del material falsificado. En el registro del domicilio de los arrestados, ubicado en la calle de Calàbria, los agentes han encontrado numerosas imitaciones sin marca de gafas, camisetas deportivas, bolsos y zapatillas junto a más de 1.000 logos dispuestos para completar su falsificación. 

Este grupo estaba formado en realidad por ocho manteros. El octavo no ha sido detenido porque había ingresado recientemente en el CIE de la Zona Franca. Fuentes policiales remarcan que los arrestados, que pasarán el sábado a disposición judicial, se comportaban de modo "violento e intimidatorio" con el resto de vendedores ambulantes y con los agentes. Cinco de estos acumulan 100 detenciones y un buen número de estas son por atentado contra los policías que los han sorprendido vendiendo en la calle. Los investigadores les atribuyen, además de un delito contra la propiedad industrial, la pertenencia a grupo criminal. 

Según las pesquisas del Grupo de Multireincidentes, los vendedores estaban obteniendo beneficios sensibles, gracias a la diferencia entre el coste de los productos y el precio de su venta final, y habían comenzado a blanquearlo comprando coches de segunda mano que conducían hasta Senegal, su país de origen. 

BAMBAS Y MARCA, POR SEPARADO

Los productos que terminan en los fardos de los manteros entran en Catalunya a través del puerto y del aeropuerto procedente de países como Grecia, Turquía, India, Pakistán y, sobre todo, China. Se almacenan en naves como las del polígono sur de Badalona, tiendas regentadas en su mayoría por propietarios chinos, que se han adueñado de buena parte de este complejo.

El problema es que estos almacenes venden copias blancas de zapatillas, bolsos o camisetas que, sin el logo de la imitación, no son ilegales. Se convierten en productos falsificados -e ilegales- en el momento en que alguien les adhiere el logo. Grupos de manteros, como el residente en la calle Calàbria, utilizan este método de ‘ensamblaje’ y disponen de planchas para incorporar las marcas a los artículos. Estos últimos, además de dedicarse a la venta, también suministraban a otros vendedores.

MANTEROS DISTRIBUIDORES

La Guardia Urbana, conjuntamente con la Unidad de Vigilancia Aduanera, ha desplegado cuatro operaciones similares contra puntos de ensamblaje a lo largo del 2016. Las intervenciones del 20 de febrero, el 6, 7 y 20 de julio fueron dirigidas contra estos domicilios en los que los manteros residen y también acumulan la mercancía.

Atacar este punto de la cadena del ‘top manta’ resulta laborioso precisamente porque estos almacenes son también sus residencias. Para conseguir una orden de un juez que permita registrar un domicilio particular deben encontrarse indicios irrebatibles que justifiquen la interrupción del derecho a la inviolabilidad del hogar.   

Los Mossos llevaron a cabo el 22 de abril otro operativo similar dirigido contra dos domicilios y un almacén de Badalona. El 12 de agosto del 2015 se realizó una de las primeras operaciones contra pisos de manteros, en Salou. Ese día la entrada de los Mossos se saldó con la polémica muerte de Mor, un vendedor senegalés que se lanzó desde un tercer piso para evitar su arresto. En la irrupción de este miércoles, un equipo de vídeo ha filmado la secuencia de toda la entrada para recoger pruebas de cómo se desarrollaba. 

Los policías mantienen que los manteros han ido mejorando poco a poco su grado de organización. Antiguamente, se limitaban a comprar productos falsificados y a venderlos. Ahora, muchos de ellos han asumido los roles de almacenamiento, falsificación y suministro directamente en la zona de venta.  

La presión sobre estos puntos de distribución, que comparten Mossos y Guardia Urbana, se suma a la que mantienen los policías municipales en la calle para impedir que los ambulantes desplieguen la manta. O a las sanciones que pueden recibir los turistas que decidan convertirse en sus clientes.