Tony Anagor: "Barcelona es un hervidero de ideas"

Tony Anagor, nacido en Londres, llegó a Barcelona en el 2003. Casado y padre de trillizos, es el CEO de LifestyleDMC, una empresa dedicada a la organizaciónde eventos empresariales, actividades motivacionales y de bienvenida para algunas de las empresas más importantes a nivel global. La iniciativa surgió en 2003 con la idea de crear una plataforma para ofrecer a los visitantes algo diferente durante sus vacaciones en Barcelona y dos años después lanzaron el negocio de eventos corporativos. A día de hoy organizan eventos de hasta 4.000 personas en Marrakech, París, Lisboa, Shangái, Londres o Viena.

¿Por qué escogió Barcelona? La verdad es que Barcelona me escogió a mí. Vine aquí para vivir una especie de “aventura vital” que no debía durar más de 6 meses, no sabía nada de la ciudad, ¡solo la conocía por los Juegos Olímpicos y Freddie Mercury! Lo que encontré al llegar solo puede describirse como una irresistible mezcla de oportunidades. La mayoría de la gente habla sobre el clima, la comida o incluso la cultura, pero lo que realmente hizo que quisiera quedarme fue la gente: orgullosos pero acogedores, distantes pero siempre dispuestos a echarte una mano. En ese momento, hace 16 años, no había mucha gente con el mismo aspecto que yo, así que los vecinos siempre se mostraron recelosos conmigo. Como no hablaba el idioma, tampoco podía relacionarme con mucha gente, pero en general sentí una sensación de acogida por parte de la ciudad.

¿Qué aspectos de Barcelona destacaría como positivos? Lo que me sorprendió fue que era una ciudad muy limpia. Me gusta que la gente de Barcelona se preocupe por su ciudad. Y también que los jóvenes vayan en patinete por la calle: es un reflejo de la parte más divertida y desenfadada de la ciudad. Pero lo más importante, para mí, es el respeto que existe por la familia; aquí los abuelos y los niños se sitúan en el centro de la unidad familiar.

¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo? Me gustaría entender el porqué de algunos procedimientos administrativos; parece que aquí la burocracia es imprescindible para todo. Tal vez las cosas podrían hacerse de otro modo y reducir el papeleo. Me gustaría que hubiera más programas para ayudar a las generaciones más jóvenes a prepararse y a motivarse, para que sean más positivos sobre su futuro laboral. Por otro lado, el proceso para buscar una escuela me resultó confuso. Como expatriado, me resultó muy difícil obtener información y aclararme sobre qué escuelas eran mejores, aunque, una vez superado el proceso de búsqueda, estoy muy contento con la educación que reciben mis hijos. Muchos expatriados llegan aquí fascinados por el encanto de Barcelona, pero cuando las cosas se ponen serias en sus carreras profesionales o quieren formar una familia, se plantean seriamente volver a casa.

¿Cuál siente que es su ciudad? ¡Vaya! ¡Eso es como preguntarme si quiero más a mamá o a papá! La respuesta es que amo Barcelona y Londres por igual. Al dirigir un negocio internacional, tengo la suerte de poder disfrutar de todo lo bueno de estas dos increíbles ciudades.

¿Qué es lo que más echa de menos? Echo de menos la cultura del 'afterwork' que existe en Reino Unido y las relaciones sociales que se establecen en momentos de ocio: ponerte un traje y salir, ir al teatro o a algún evento y conocer a gente interesante en una representación, una cena de gala, una entrega de premios…

¿Cuáles son las grandes carencias de la ciudad en su sector? Nuestro negocio se enmarca en el sector de los servicios y, en Barcelona, el nivel del tercer sector puede ser absolutamente increíble o absolutamente terrible: no hay un término medio.

¿Recomendaría a un amigo venir a vivir a Barcelona? Barcelona ofrece muchísimas oportunidades para que la gente se relacione, eso es lo que la hace tan especial. Una vez has conseguido encontrar el lugar adecuado para vivir, a un precio asequible, la calidad de vida es increíble. Barcelona es un hervidero de ideas, tiene un espíritu muy independiente y una gran expresión creativa… así es como veo yo la ciudad.