AUGE DE UN SECTOR CONTROVERTIDO

'The New York Times' dice que Barcelona compite con Amsterdam como capital del porro

El rotativo afirma que muchos turistas vienen en busca de los 300 locales en los que se puede fumar y comprar la droga

Reportaje sobre los clubs de cannabis en Barcelona, en 'The New York Times'.

Reportaje sobre los clubs de cannabis en Barcelona, en 'The New York Times'. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Barcelona acaba de suspender recientemente la apertura y la ampliación de clubs de cannabis hasta regularlos. Se espera que de aquí un año esté listo el marco legal para esos locales, que en la actualidad suman unos 160 (y creciendo). Entre otros motivos, el ayuntamiento ha esgrimido que no se puede permitir "que Barcelona se convierta en una ciudad referente de consumo de cannabis" de cara a los turistas.

Quizá ya se ha llegado tarde.'The New York Times' acaba de publicar un reportaje en el que descubre el auge del consumo de cannabis en Barcelona y dice la capital catalana rivalizaría, incluso, con Ámsterdam, el referente europeo en el sector.

Mientras en Barcelona crece el número de clubes, "Ámsterdam está luchando contra el turismo de droga y en los últimos años está reduciendo el número de 'coffee shops'", asegura el rotativo.

Atracción para los turistas

El reportaje, que incluye un vídeo donde se muestran algunos de estos espacios, explica cómo unos jóvenes turistas alemanes eligieron venir a Barcelona porque se informaron de la oferta de clubs para comprar y fumar maría y hachís. Dice, también, que últimamente han abierto muchos de estos locales -que cifra en 300-, por parte de "los emprendedores españoles en busca de nuevas formas de ganarse la vida".

Según el mismo diario, el Ayuntamiento "no bendice" estos locales, que operan "amparados" en las leyes españolas que permiten a cualquier persona cultivar y fumar maría en privado o para formar un club, siempre que sea sin ánimo de lucro. Sin embargo, y ante el auge en los últimos años en zonas turísticas de Barcelona, como La Rambla, está en tela de juicio que se siga a raja tabla la ley, puesto que algunos establecimientos hacen pagar para "hacerse socio".