ENTREVISTA

«Barcelona es un referente gracias a Cerdà»

El arquitecto Teddy Cruz afirma que "no solo Gaudí es un modelo, también lo es MIró, cuyo simbolismo influenció a Enric Miralles"

El arquitecto Teddy Cruz, en la sede de Roca Barcelona Gallery, ayer.

El arquitecto Teddy Cruz, en la sede de Roca Barcelona Gallery, ayer.

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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El arquitecto Teddy Cruz (Ciudad de Guatemala, 1962) es uno de los más influyentes urbanistas de la última década. Cruz tiene su observatorio en la frontera entre San Diego y Tijuana, donde la riqueza de EEUU se desdibuja con la pobreza más extrema de la emigración mexicana. En ese transitado espacio investiga, analiza y busca respuestas a los problemas del crecimiento explosivo que intensifican la desigualdad social. Para él, Barcelona es un referente mundial, principalmente por dos razones: el plan Cerdà que en 1860 logró una expansión equilibrada de la ciudad y por la lucha emprendida, entre los años 70 y principios de los 80, por las asociaciones de vecinos para mejorar la vida en los barrios.

En esta ocasión, estará apenas dos días en Barcelona con motivo del ciclo de conferencias sobre 'Igualdad y desarrollo en el mundo de la arquitectura', organizado por la Escola Tècnica Superior d'Arquitectura y la Universitat Internacional de Catalunya en el Roca Barcelona Gallery.

-Representó a EEUU en la Bienal de Arquitectura de Venecia del 2008.

-Qué tristeza sentí al ver esos gigantescos transatlánticos en la silueta marítima de Venecia.

-En el puerto de Barcelona contemplará el mismo panorama.

-Lo del turismo masificado es un fenómeno mundial. Las ciudades se han volcado en las estrategias urbanas de desarrollo económico que aportan los turistas. Barcelona se abrió al mar gracias a los cambios urbanísticos propiciados por los Juegos Olímpicos de 1992. Su belleza atrae a muchos visitantes pero eso no debe excluir las dinámicas sociales por las que tanto han luchado las asociaciones de vecinos.

-¿Qué diferencia a Barcelona de una ciudad norteamericana?

-Lo que realmente cambió el imaginario urbanístico son las ciudades europeas con líderes socialdemócratas que invierten en el espacio y en las infraestructuras públicas. Barcelona está en el epicentro, es un referente mundial en temas de urbanismo por sus calles con árboles donde es agradable pasear. Pero en estos últimos años Barcelona está viviendo momentos de péndulo. Se debe prestar especial atención a las periferias y revivir el espíritu asociativo de principios de los años 80 para recuperar la utilización ordenada del suelo público.

-Su especialidad son los territorios de frontera.

-Sí, como el barrio de la Mina. Cuando fuí por vez primera me recordó a Tijuana. Ha mejorado. Gracias a iniciativas progresistas de los primeros alcaldes democráticos, en Barcelona no hay tanta desigualdad.

-Antes de la crisis en la capital catalana se construyeron edificios faraónicos como la Torre Agbar o el Teatre Nacional de Catalunya.

-El peligro es que el crecimiento urbanístico se apoye en edificios con esteroides. Barcelona, como otras ciudades, ha soportado una ola de desarrollo arquitectónico basado en presupuestos desorbitados neoconservadores. Eso es fruto de la especulación urbanística y del oportunismo del libre mercado. No estoy contra la estética, al contrario, pero un arquitecto debe de estar comprometido, debe ayudar a construir nuevos procesos políticos y económicos que ayuden a que la ciudad sea mejor, y también me refiero en el sentido medioambiental. Deben intervenir contra las políticas que hacen que una ciudad sea excluyente.

-¿De qué depende el futuro de una ciudad?

-Cada vez depende menos de sus edificios y más de la reconfiguración de las relaciones socioeconómicas. No quiero confrontarme con los arquitectos, pero no podemos permitir que en el terreno urbanístico la justicia social quede enquistada.

-¿Quénes son sus referentes?

-Dos de ellos proyectaron su obra en Barcelona y supieron desarrollar con equilibrio la teoría y la práctica: Ildefons Cerdà e Ignasi de Solà-Morales.

-¿Que destaca de Solà-Morales?

-Sus ensayos sobre urbanismo y arquitectura son mis libros de cabecera a la hora de intervenir en el espacio vacío. Entre ellos 'Territorios' y 'Diferencias'.

-¿Y del plan Cerdà?

-Gracias a él Barcelona es una ciudad de referencia para los urbanistas. Cerdà ideó el Eixample con total equilibrio para lograr una buena convivencia vecinal. La recuperación de patios interiores de manzanas es de lo mejor que le está pasando a la ciudad. Son espacios públicos alejados de los desequilibrios sociales. Los suelo citar como ejemplo lindísimo en mis clases de Urbanismo en la Universidad de California.

-Pero Barcelona se relaciona mucho con Antoni Gaudí.

-Siempre me he preguntado por qué razón existen ciertos lugares como Barcelona con esta sensibilidad arquitectónica que se ha heredado de generación en generación. Va más allá de la arquitectura. No solo Gaudí es un referente, también lo es el pintor Joan Miró, cuyo simbolismo ha influido en la arquitectura de Enric Miralles. Los grandes arquitectos de Barcelona tienen un espíritu cultural relacionado con el paisajismo. Solo hay que ver el parque de Diagonal Mar, de Miralles.