Al teatro de camino a casa

Adrià Ferré programa en el Principal un ciclo que aúna función ligera y tapas

Mercè Martínez canta sentada en el regazo de un espectador en la Biblioteca del Principal.

Mercè Martínez canta sentada en el regazo de un espectador en la Biblioteca del Principal.

NATÀLIA FARRÉ

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Poner en el mismo saco al compositor Kurt Weill, la compañía de teatro La Cubana y al bibliófilo, además de abogado y economista, Joan Carandell no parece, a priori, demasiado factible. Convertir los lunes y martes en días de teatro tampoco apunta a tarea sencilla. Y menos fácil se antoja aún -por mucho que las series americanas y los creadores de tendencias se empeñen- conseguir arraigar el moderno concepto "afterwork" entre los trabajadores catalanes, poco dados, según dice el tópico, a la copa después de la jornada laboral. Pero nada de ello amilana a Joan y Adrià Ferré y a su Espectapes, un ciclo de teatro ligero maridado con tapas que nace con vocación de desestresar al personal entre la salida del trabajo y la llegada a casa, y surge con la intención de llenar el vacío que la cartelera vive a principios de semana.

Weill, La Cubana y Carandell también tienen su cuota de protagonismo en la historia. El catalán construyó el espacio donde el pasado martes sonaban, y hoy volverán a sonar, las composiciones del norteamericano. Y en la compañía teatral trabajaba Adrià Ferré cuando de gira por España con 'Campanades de boda' se dio cuenta de que en sus días libres, los lunes y martes, no podía disfrutar de lo que ocurría en los escenarios de las localidades que visitaba. Así nació la idea de programar teatro en días atípicos. Lo de aunarlo con tapas salió de otra percepción de Adrià: «Cuando vas al teatro nunca sabes a qué hora cenar. Si lo haces antes, siempre es con prisas; si lo haces después, te arriesgas a tener un agujero en el estómago en mitad de la función». De manera que servir un trío de tapas durante la representación es la fórmula ideal para no desfallecer. «Entre el trabajo y la vuelta a casa, tapas y teatro. Un espectáculo fácil y divertido que no exige trasnochar».

MAJESTUOSIDAD DE ANTAÑO

La cita, semanal y de febrero a abril, es a las 20.30 horas en la Biblioteca del Principal. Y es aquí donde entra Joan Ferré, porque si Adrià, su hijo, tuvo la idea, Joan, el padre, tenía el espacio. Una magnífica sala levantada al final de un patio interior de una de las casas más señoriales del Eixample. Una finca en el tramo de Provença que separa la rambla de Catalunya del paseo de Gràcia que un día fue el hogar de los Carandell, luego sede de la librería Happy Books y que desde hace 15 años acoge al restaurante Principal. Un local totalmente reformado pero que conserva de la majestuosidad de antaño los ventanales que dan a la calle y la biblioteca que asoma al patio interior. Es allí, en el pequeño jardín, donde Joan Carandell, prohombre de Barcelona hasta que la quiebra de la Banca Tusquets lo arruinó por allá 1952, levantó un pequeño pabellón para sus fiestas de sociedad. El mismo espacio en el que luego se vendieron algunos de sus libros (Carandell alcanzó cierta notoriedad como escritor con el pseudónimo de Llorenç Sant Marc). Y que ahora acoge la voz de Mercè Martínez.

La actriz catalana interpretó el pasado martes, y volverá a hacerlo hoy, a Weill, Queen, Rocío Jurado Stephen Sondheim acompañada por el piano de Andreu Gallén. Un repertorio ecléctico porque surge del «placer de cantarlo» y que tiene el desamor como denominador común, aunque el espectáculo añade dosis de humor a la tragedia de no ser correspondido. No en vano la función tiene aires de cabaret, el espacio también, aunque de cabaret pequeño, eso sí, pues el aforo no sobrepasa las 50 almas. Y es que la Biblioteca del Principal es el último teatro de bolsillo en florecer en un ecosistema de salas, el de Barcelona, con tendencia a las pequeñas dimensiones y a la proximidad con el espectador. Ahí están, por ejemplo el Almeria Teatre, Porta 4, Flyhard y Atrium. «Un tamaño muy cómodo para el artista y para el público, y que predispone a la interacción», apunta Martínez. Un intercambio que continúa tras la función, cuando asistentes e intérpretes se mezclan en el patio de aires burgueses que separa el restaurante del teatro.

La de hoy es la última representación de Cantar al desamor que realizan Martínez y Gallén. Les seguirán en el escenario, durante el mes de abril, Bernat Cot, Victor Gómez y Oriol Burés con su espectáculo Modales, una pieza que pretende explicar normas de urbanidad de una forma divertida.