La ciudad y el desarrollo tecnológico

El sueño que no cuaja

Trias insiste en vender la 'smart city', pero la sociedad sigue algo escéptica ante un concepto que todavía se antoja algo intangible

C. M. D.
BARCELONA

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La búsqueda smart city Barcelona en Google genera casi nueve millones de páginas. Imposible entrar en todas y cada una, pero basta con echar una ojeada a las diez primeras para darse cuenta de que ya son conceptos indivisibles. ¿Lo percibe así la sociedad? Es evidente que no. ¿Y por qué no cuaja el sueño de la ciudad inteligente que defienden el alcalde y su gobierno? Seguramente porque hay todavía pocos ejemplos palpables, porque el asunto trae adosado un montón de palabrejas poco familiares, porque en tiempos de crisis son muchos los que consideran que  lo conveniente es invertir en sanidad, educación e inserción laboral.

Es, de hecho, un pez que se muerde la cola. Xavier Trias logró hacerse con el cetro de Barcelona con la promesa de ser el alcalde de las personas. Nadie esperaba que fuera a ser el alcalde de los perros, las bicis o los animales del zoo de la Ciutadella. No hay duda de que era un lema de lo más obvio, pero lo cierto es que este pediatra que el 5 de agosto cumplirá 68 años ha hecho de la lógica su principal virtud, hasta el punto de que cualquier acto, cualquier presentación, le sirve para recordar precisamente eso, que él es y quiere ser el alcalde de las personas. También cuando habla de la smart city, o la «social smart city», como detalló ayer, con ese inglés que a veces le pone en algún que otro apuro.

Y ahí se explica lo del pez y la cola: para el ayuntamiento, todo este tinglado ligado a las nuevas tecnologías no es sino una manera de asegurar el bienestar de los barceloneses. Y es así como Trias redunda en su promesa electoral, por evidente que pareciera, y a la vez da forma y fondo al sueño de convertir Barcelona en epicentro global de la innovación urbana.

El origen del plan

La culpa hay que echársela en buena parte al responsable de Hábitat Urbano, Antoni Vives, un tipo que exhibe el segundo mejor inglés que se ha escuchado nunca en el consistorio, solo superado por el socialista Jordi William Carnes, que jugaba con ventaja familiar. Vives, que estuvo en la empresa privada y algo sabe sobre cómo vender neveras a un esquimal, es la espada del alcalde en materia tecnológica. Quedó claro en el viaje a Estados Unidos en mayo del 2013. Una nutrida delegación municipal, y un no menos cuantioso grupo de periodistas, visitaron la cuna de la tecnología, Silicon Valley, en Californa. Ahí empezó a gestarse lo que ayer se presentó en el Poblenou.

Además de entregar camisetas de Messi a sus colegas de San Francisco, Los Ángeles y Nueva York, Trias tuvo ocasión de visitar las sedes de Cisco, tan grande como 20 manzanas del Eixample, y Whatsapp, unos bajos de unos 600 metros cuadrados sin cartel en la puerta. Se empaparon del concepto Internet of Things, que defiende que todos los objetos podrían estar identificados con una IP -una dirección electrónica-, de manera que pudieran controlarse remotamente. Habrá que ir paso a paso. Primero, que se entienda lo de la ciudad inteligente. Luego, lo de meter wifi hasta en la sopa.