La primera serie en lengua de signos catalana

'Peixos' es una 'sitcom' en la que dos de los protagonistas son sordos dentro y fuera del plató. ¿El objetivo? "Enseñar al mundo que existe una comunidad sorda", dice su director

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ANA SÁNCHEZ

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Se ilumina de repente una luz intermitente en el piso, como si dieran el último aviso antes de una función. Aquí se van directos a abrir la puerta. Es el 'ding dong’ visual. Entra Laura, la vecina. Parece el típico salón de ‘sitcom’, pero sin risas enlatadas. Hay dos compañeros de piso con tendencia a provocar ‘gags’ y una vecina militante de las terapias naturales. Laura entra, saluda agitando la mano y empieza a hablar, aunque no suena ni una palabra. Los tres amigos se comunican gesticulando con las manos con música de fondo, a lo peli muda, y subtítulos de versión original. Ya lo adelanta en su cartel: es una webserie “adaptada para oyentes”.

'Peixos' es la primera serie en Lengua de Signos Catalana (no, no existe una lengua de signos universal). Es una mini ‘sitcom’ (10 minutos por capítulo) en la que dos de sus tres protagonistas son sordos: dentro y fuera del plató. El equipo de rodaje también es mixto. ¿El objetivo? “Enseñar al mundo que existe una comunidad sorda”, responde el director, Pablo Navarro, que es oyente pero sabe hablar con las manos (fue intérprete). 

LOS SORDOS TIENEN DOS NOMBRES

Ya hay cinco capítulos en su canal de Youtube. Lo primero que descubre un espectador oyente es que los sordos tienen dos nombres. “Tenemos el nombre más el signo" (es más rápido que deletrear), explica Alícia Sort, la vecina de la webserie. Ella muestra el suyo (se toca el pulgar con el dedo índice y el medio alternativamente). Frank Vidiella –sordo de nacimiento como ella- se acerca una mano a la boca a lo dientes de vampiro. “Soy un vampiro secreto”, se ríe. El de Sam Campos (el tercer protagonista, oyente) es una nariz de payaso. “Yo me llamo Coleta –Pablo se agarra una coleta inexistente ya-. Me llamaba así antes que Pablo Iglesias”, se ríe.

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Han tardado un año en rodar la primera temporada. “Los sábados y domingos que podíamos”, se justifica el director. “Frank es profesor, Sam es intérprete [de lengua de signos], Alícia es psicóloga, yo soy mago”. Los cuatro hablan en el salón-plató de la webserie, que montaron en la sede de ASU (cercle d’Artistas Sords Units), en Les Corts. Se comunican en Lengua de Signos Catalana (LSC), que no tiene nada que ver con el catalán hablado, explican. “La LSC tiene su gramática propia –apunta Pablo-, sus palabras propias, con independencia del idioma catalán”. Tampoco existe una lengua de signos por cada lengua oral. Fuera de Catalunya se habla en Lengua de Signos Española (LSE), incluido País Vasco y Galicia. Conclusión: los sordos también tienen que aprender idiomas.

"PUEDEN HACER TODO EXCEPTO OÍR"

El equipo de 'Peixos' empieza a desmontar prejuicios: ¿qué pueden hacer que los oyentes creen que no pueden? “Conducir”, responde Alícia. “Nos multan por exceso de velocidad igual”, se ríe Frank. “Estudiar en la universidad”, añade la actriz-psicóloga. “¿Cómo? Pues cojo un papel y tomo apuntes, y estudio. Bueno, y tengo un intérprete”. “Pueden hacer todo excepto oír”, apunta Pablo.

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Lo de viajar daría para unos cuantos ‘gags’. Alguna compañía aérea española, cuenta Alícia, prohíbe ir a más de tres sordos en un vuelo. “El tema aeroportuario es complicado –añade-. A veces te preguntan: ‘¿Eres sorda?’ Sí. Esperas 15 minutos y te traen una silla de ruedas. Hace dos o tres meses fuimos 10 sordos a Indonesia y prepararon 10 sillas de ruedas”. “El problema – señala Frank- es que no hay leyes que traten por separado las discapacidades”.

Ellos no se sienten discapacitados. “No –responden los dos-, para nada”. “La lengua nos da una identidad –añade Alícia- y somos un poco diferentes en ese sentido”. Utilizan la Lengua de Signos Catalana, como más de 25.000 personas. “Son pocas”, señala Alícia. “Los centros de recursos de personas sordas no están apoyando el uso de la lengua de signos. Se están centrando en el oralismo”. “Es como intentar disimular que eres sordo”, añade Frank. “¿A un ciego de nacimiento le pedirías que dibujara perfectamente un árbol? –pregunta Alícia-. No, ¿verdad? Porque no lo ha visto nunca. Pues eso nos pasa a nosotros. Cuando no hemos oído nunca una voz, ¿cómo podemos hacerla? Puedo imaginarme las vibraciones tocando la garganta. [Se toca la garganta y habla con voz] ‘Papá, mamá’. [Vuelve a los signos]. Yo tengo lo que llamo voz sorda. Y la sociedad no la acepta del todo. ‘No hablas igual que un oyente’, me dicen. O ‘¿puedes hablar igual que un oyente? Pues no utilices la lengua de signos’. Es muy incómodo. Espero que la serie ayude a normalizar esto”.