Solo el 32% de los niños ciclistas utilizan casco

Solo el 32% de los menores de 16 años que circulan en bicicleta por Barcelona usan casco a pesar de que desde hace un año la ley de tráfico obliga a hacerlo. Un estudio realizado por la Fundació RACC basándose en una muestra de 700 ciclistas revela que la utilización de este elemento de seguridad que evita el riesgo de lesiones graves en la cabeza es puramente testimonial. En el caso de los adultos, únicamente un 11% de los usuarios de la bici se protegen con un casco.

Estos datos se dieron a conocer ayer a propósito de la presentación de la campaña de fomento En bici, mejor con casco, de la fundación y el ayuntamiento, que, desde ayer y hasta el próximo 26 de junio, pretende aumentar el número de usuarios, tanto menores como adultos, que lo usan en sus desplazamientos por la ciudad. Entre el 2008 y el 2014 el volumen de ciclistas aumentó un 25% y hoy en día se realizan 136.440 desplazamientos con este medio de transporte, tanto con el servicio público de Bicing como con bicicletas particulares.

PEDAGOGÍA / Sin embargo, esta utilización irrisoria del casco no preocupa en exceso al consistorio. Considera, igual que el RACC, que impulsar una campaña de sanciones iría en detrimento del uso de la bici, algo que quiere evitar a toda costa. La ordenanza de circulación aprobada en el 2007 incluye la obligatoriedad de que los menores de siete años que acompañan en una sillita de una bici a un adulto deben llevar esta protección. El consistorio carece de datos sobre cuántas multas se han impuesto por incumplir esta norma.

«Damos por buena la cifra del 32%. Preferimos la vía pedagógica, igual que en su día ocurrió con las motos o pasa en las pistas de esquí. Si explicamos a los ciudadanos que es más seguro, se irá extendiendo su uso», interpretó el primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn.

UNA NORMA AGUADA / La reforma de la ley de tráfico que impulsó el año pasado la Dirección General de Tráfico (DGT) fue muy ambiciosa e inicialmente pretendía que todos los ciclistas tuvieran que llevar siempre casco. En la carretera ya era obligatorio. No obstante, los deseos de la directora de la DGT, María Seguí, chocaron con los intereses para impulsar este vehículo sano, sostenible y barato en las ciudades y tuvo que reducir sus pretensiones a los menores de 16 años. Ahora, además, se ve que la vocación no es sancionar sino convencer haciendo campañas, pintando lemas en el asfalto o regalando cascos en sorteos.