Un solar que explica un modelo de ciudad

No es solo porque la idea de la construcción de un nuevo hotel en Ciutat Vella cortocircuita la mente del actual equipo de gobierno de Ciutat Vella. La ofensiva municipal por intentar parar por todas las vías posibles la construcción de dos hoteles de cinco estrellas en el solar de Drassanes tiene mucho que ver con el modelo de ciudad que la historia de este enclave, que tiene mucho de simbólico, representa. Los terrenos en los que se proyectan los hoteles, el trámite de cuya licencia no quedó parado por la moratoria hotelera al tener certificado de aprovechamiento urbanístico anterior, estaba reservado para vivienda social por el plan especial de reforma interior (PERI) del Raval de 1985.

La cooperativa de vivienda de la UGT compró el solar, frente a la sala de venopunción Baluard, en 1999 por 588.931 euros para construir pisos sociales -en ese momento en el lugar no podía construirse nada más-, algo que nunca sucedió. En el 2003 se modificó el PERI y el terreno pasó de estar reservado al 100% a vivienda social a dejar solo un 25% destinado a ese uso. 

Tras la recalificación, la cooperativa vendió el suelo ya liberalizado a un promotor privado por 2,3 millones. El 400% de su valor inicial. Dos años después el nuevo propietario revendió el solar por casi ocho millones, cerca de 14 veces el precio de 1999, y el suelo volvió a recalificarse perdiendo por el camino el 25% de vivienda social que quedaba.

"EL PRECIO SE HABÍA DISPARADO"

La cooperativa se defiende de la polémica asegurando que "todo el dinero se reinvirtió en la promoción de Robadors, donde el suelo también se había disparado de precio y se hicieron más pisos de los que habría habido en el Raval Sur".