BARCELONEANDO

¡Qué mejor apellido que Paredes!

A Sixe intervenir muros le va que ni pintado, lo lleva en los genes y en el nombre

Sixe Paredes encaramado a la grúa desde la que pinta el mural, el sábado pasado.

Sixe Paredes encaramado a la grúa desde la que pinta el mural, el sábado pasado. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Sergio Paredes su apellido le va que ni pintado. Vean si no, los suyo es intervenir muros o lo que es lo mismo, pintar paredes, eso sí, con arte. Empezó en la calle, "donde se debe empezar", y escapando de la policía, "como todos los de esa época". La época en que Barcelona era la meca del arte urbano. De eso hace ya algunos años. Ahora la ciudad intenta recuperar terreno con muros libres, o sea, legales, en los que crear; mientras él expone en medio mundo. Pero avisa: "La tentación siempre está, eso nunca se pierde". Vamos, que las intervenciones clandestinas no son algo del pasado. Aunque, ahora, si le cogen in fraganti ya no corre, intenta razonar con la autoridad. Por algo ha madurado y por algo es el artista urbano catalán más internacional. De esos tiempos pretéritos solo conserva parte de su firma. Primero fue Sergi, pero ahí le pillaron rápido. Luego fue Six, Sixe y Sixeart. "Sixe viene de Sergio y lo de art fue una iluminación de la que luego me arrepentí. Ahora mi nombre artístico es Sixe Paredes, ¡Qué mejor apellido que Paredes!". Cierto, le va al pelo.

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Lo exclama antes de subirse a una grúa de ocho toneladas y de enfrentarse con brocha y aerosol a una medianera de 1.200 metros cuadrados. El mural más grande nunca pintado en Barcelona, según sus promotores, el festival de arte urbano Open Walls. Una duda de la afirmación. ¿Qué hay de la fachada de la calle de Enamorats? Ese trampantojo en el que lucen en los balcones desde Francesc Macià a Pablo Picasso. La respuesta es rápida: "Ese tiene siete pisos. El de Sixe, ocho y sobreático. La superficie tiene que ser mayor", apuntan desde la organización. En cualquier caso, no es el récord del artista. Este está en Moscú y suma 16 plantas. Ahí es nada. Sigue en pie. Nació con vocación de permanencia, como el de ahora y como la última gran intervención que realizó en Barcelona: 'Tributo a Joan Miró'. Un mural realizado en el 2014 en un solar en la esquina de Riereta con Sant Pau. "Donde antes la gente se meaba, ahora hacen fotos", asegura orgulloso. Dignifica el espacio. De eso no hay duda.

Los vecinos del Raval parecen contentos con la creación, los de la calle de Lepant, donde se alza el nuevo, también. No en vano, la propuesta fue aprobada por los inquilinos del inmueble. Sixe siempre trabaja así. "Hay artistas que intervienen el muro y ya está. Yo digo que hacen su eyaculación. Para mí tiene que haber un acuerdo porque el cuadro no lo pintas en tu casa, si no en la calle y lo va a ver infinidad de gente durante unos años". Los pocos transeúntes que corrían por la zona el sábado pasado parecían encantados. "La pared no era ni bonita ni fea pero ahora está mucho mejor", apuntaba Pilar al tiempo que enfatizaba su condición de pintora y de menorquina. Queda dicho. Y al tiempo que abogaba por más murales: "Podrían pintar más, hay algunas paredes muy feas como lo era esta otra que ahora luce preciosa". La antes fea y ahora preciosa tiene otra intervención, a penas a 20 metros de la de Sixe, que Miss Van, también artista urbana de renombre, realizó en el mes de abril.

LA CALLE, UNA AVENTURA

Un pequeño trozo de calle. Dos murales. Y dos estilos. El de Sixe es una figuración que tira a la abstracción con colores muy vivos y dibujos muy simples. El de Miss Van es todo lo contrario: tonos suaves y personajes femeninos zoomórficos más cercanos al barroco que al minimalismo. Mejor. Así hay donde escoger y motivo para debatir. Lo hacían, también el sábado, Marisa y su hijo Òscar. La primera era partidaria de Miss Van; el segundo un firme defensor de Sixe. "La dualidad es buena", asegura el artista, que en la semana que lleva ejecutando el mural le ha pasado de todo.

Y es que trabajar en la calle es una aventura: "Siempre suceden cosas. Hay el vecino con mala onda, el que te baja unas cervezas. A veces te roban el material otras no... Pero es divertido". Incluso cuando hay que aguantar improperios. Se los dijo un hombre que "echaba demonios por la boca" cuando empezó su intervención actual. Pero Sixe está de vuelta de eso y de más. Y es que en el 2008 fue escogido para pintar la fachada de la Tate Modern, algo que solo han conseguido seis artistas en el mundo, él entre ellos.