EVA MARTÍN VECINA DE UN PISO TURÍSTICO

«Sin normativa esto es insostenible»

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EROS LÓPEZ

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Eva se mudó hace un mes a un amplio piso del Eixample. La agencia inmobiliaria que se lo alquiló le aseguró que era «un edificio tranquilo, de gente mayor», aunque desde el primer momento no se cumplieron sus expectativas de tranquilidad. A la tercera noche escuchó unos jóvenes cantando el último éxito de Enrique Iglesias a pleno pulmón, así que se acercó a la vivienda de al lado y, al comprobar que eran ingleses, les instó a bajar el tono en su idioma. «Al principio pensé que eran estudiantes de Erasmus, pero a los pocos días desaparecieron y llegaron otros hablando alemán», comenta Martín, que acabó percatándose de que se trataba de un piso turístico. El problema, más allá del ruido que puedan producir los turistas, es la falta de acondicionamiento de las viviendas, de paredes finas; «parece que estén hablando conmigo a los pies de mi cama», se lamenta. Sin embargo, no culpa al arrendador ni al arrendatario, sino a la mala planificación del ayuntamiento. «No lo ha considerado un negocio y, en consecuencia, no se ha hecho nada para regularlo. Teniendo en cuenta que Barcelona es una capital turística, cabía suponer que la situación se volvería insostenible sin una normativa al respecto», expresa Eva, impotente.

De momento, a la espera de una reglamentación oficial, y como medida preventiva, la afectada ha llegado a un acuerdo con el propietario del piso en el que vive para aislar acústicamente el domicilio, consciente de que «en esta época del año el turismo tiene fines más culturales, pero que a partir de abril y mayo empieza el turismo vacacional basado en el desmadre».

Eva se muestra partidaria de la suspensión cautelar de la concesión de licencias para apartamentos turísticos. Cree además que se deberían inspeccionar los ya existentes para identificar los problemas y crear una normativa de obligado cumplimiento, con un plazo para adaptar los pisos, porque «esto se está convirtiendo en una ciudad sin ley».