ANÁLISIS DE LA POBLACIÓN VULNERABLE

Siete de cada diez usuarios de servicios sociales en Barcelona son mujeres

Pobreza energética. Manoli García

Pobreza energética. Manoli García / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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La pobreza tiene nombre de mujer en siete de cada diez casos. Esa es la elocuente estadística que arroja la primera 'Encuesta de condiciones de vida de los usuarios de servicios sociales' que este lunes ha hecho pública el Ayuntamiento de Barcelona en su afán por diseccionar la morfología de las capas más vulnerables de la ciudad. Para más señas, esa mujer tiene entre 35 y 44 años, es de nacionalidad española en más de la mitad de los casos y no tienen estudios en un 17,7% de las usuarias, frente al 3,12% de media que se registra en la capital catalana.

Otro dato definitivo tiene que ver con la renta media disponible de los hogares barceloneses con más dificultades, de 11.611 euros netos disponibles al año, casi una tercera parte del presupuesto medio familiar en las casas catalanas (30.655 euros), como ha avanzado la tercera teniente de alcalde, Laia Ortiz. El informe se ha realizado a 12.000 personas, una muestra exhaustiva de los cerca de 90.000 usuarios de la ciudad que reciben apoyo municipal por la precariedad de su realidad cotidiana.

Pese a que hay más mujeres ocupadas que hombres (17,5% por 20,6%), el 15,7% de ellas lo hacen sin contrato, frente al 6,1% de ellos. La brecha salarial no es tan acusada a nivel de género como cabría esperar: el sueldo de las mujeres representa el 98% del salario medio de los hombres. 

PRIVACIONES SEVERAS

Siguiendo con la radiografía, tres de cada cuatro hogares que acuden a pedir ayuda viven en situación de pobreza relativa, es decir, con ingresos inferiores al 60% de la media catalana. Y un 70% se encuentran en situación de privación material severa, muy lejos del 6,7% que se da en la población catalana en general. Se trata de familias que no podrían afrontar cuestiones como gastos imprevistos de 800 euros, tener al día los recibos de los suministros del hogar o comer carne o pescado al menos una vez cada dos días. 

Casi la mitad de los hogares de mujeres que precisan de ayudas subvenciones cuentan entre sus inquilinos con menores de edad dependientes, un 49,7%, frente al 39,9% de viviendas del censo barcelonés con este perfil.

El de alquiler es el régimen de tenencia de inmueble más extendido entre los beneficiarios de los servicios sociales municipales, dado que solo el 25% de ellos tienen un inmueble en propiedad, frente al 70% de la media de barceloneses.

RENTA GARANTIZADA

Los hogares más vulnerables destinan entre un 50% y un 70% de sus ingresos al pago de la hipoteca o alquiler y a los servicios, un porcentaje muy alejado de lo que Bruselas considera "razonable", según ha destacado Ortiz. Estas familias destinan una media de 111 euros mensuales a sufragar los gastos de suministros básicos de sus hogares: agua, luz y gas.

Ortiz ha remarcado que la mayoría de viviendas que sufren las penurias de la pobreza energética ven sus circunstancias agravadas por la presencia de menores dependientes (63,3%). Solo uno de cada cinco de estos usuarios tienen trabajo (19,5%), mientras que el 36,7% están desempleados, y la mayoría (43,8%) son población inactiva. 

Un balance doméstico que resulta crítico para estos usuarios y que podría aliviarse con la denominada renta garantizada ciudadana, un apoyo clave que reduciría de forma sensible la vinculación de dichos hogares con los servicios sociales de la ciudad, según ha enfatizado Ortiz.