PUBLICIDAD POLÉMICA

Sexo de pago por la vía rápida

Los aledaños de la Ronda Litoral acogen otro anuncio de un prostíbulo al más puro estilo de Las Vegas

Anuncio  La valla publicitaria, cerca de la Ronda Litoral, en el término de Sant Adrià, ayer al mediodía.

Anuncio La valla publicitaria, cerca de la Ronda Litoral, en el término de Sant Adrià, ayer al mediodía.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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El anuncio del club Villalola, emplazado hasta el pasado martes en la avenida de Vallcarca y retirado el miércoles tras revelar EL PERIÓDICO su existencia, no es un caso único. Ni mucho menos. Como segundo botón de muestra se puede aportar la foto que acompaña esta pieza informativa. Está tomada desde la Ronda Litoral, cerca de la Zona Fòrum, eso sí, dentro de los límites administrativos de Sant Adrià de Besòs. Sheldon Adelson no ha levantado aun ni una pared de lo que a lo mejor será, si llega, el remedo europeo de Las Vegas, para que la ciudad, en su sentido más amplio y metropolitano, parezca ya el Strip (el bulevar principal) de esa ciudad del estado de Nevada.

Según explicaron fuentes municipales barcelonesas esta semana con motivo del asunto de la valla de Gràcia, los ayuntamientos no controlan el contenido de los anuncios que se pegan en las vallas. Eso sí, pueden pedir a la empresa de publicidad que los retire, llegado el caso. Aunque cabe siempre contar con la predisposición de la empresa que tiene la valla en concesión. Los contenidos publicitarios en este tipo de soportes están regulados por una ley estatal que, básicamente, exige que no haya trato vejatorio hacia algún colectivo o persona. El camino, en el peor de los casos, por tanto, es demostrar que esos anuncios vejan, por ejemplo, a las mujeres.

Aviso a navegantes

El anuncio en los aledaños de la Ronda Litoral está obviamente pensado para captar la atención de los que circulan por la vía rápida. Letras de molde en blanco, de gran tamaño anuncian un «Night club». También en inglés, una leyenda «The bodies connection» (la conexión de los cuerpos), que merece poca explicación. Por último como en el caso de la valla de la avenida de Vallcarca, una dirección de internet. Y además, un teléfono.

La web no llama a engaño. Sobre un fondo de agua en movimiento una advertencia en español e inglés:«En esta página pueden mostrarse imágenes o referencias a material sexual que ofenda la sensibilidad de algunas personas. Para continuar aceptas que eres mayor de 18 años, no vives en un país donde la pornografía está prohibida y deseas ver por propia voluntad».Hay que ser muy estoico para no darle alentrardespués de leer esto.

Ya en la web, el club se presenta como el lugar«con las mujeres más bellas y los mejores cuerpos»de Barcelona. En la foto de presentación, aparecen cinco féminas en un jacuzzi, en una variada gama de posturas y ninguna leyendo a Proust. Se puede acceder a una presentación individual de las meretrices. Responden al verídico nombre de Karen, Eny, Estela, Sheila y Victoria.

En la categoría de precios se señala que estos y «la calidad» del servicio se ajustan a las necesidades del cliente. La tarifa es fija, ya se retoce con Eny, con Karen, con Sheila o con Victoria: 60 euros, media hora, 100 la hora entera. Si se desea un servicio a domicilio hay que sumar el taxi. También aquí reclutan mujeres para realizar los servicios. El gran reclamo es que el 100% de los ingresos derivados de las prácticas sexuales van al bolsillo de la meretriz.