VÍCTIMA DEL CONFLICTO LABORAL EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

"Los servicios mínimos no se cumplen"

Javier Bernuz ha presentado una denuncia porque la espera en los días de huelga puede ser de casi una hora

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Javier Bernuz vive en Badalona y se desplaza cada día al paseo de Gràcia, donde trabaja como vigilante de seguridad. Tarda 45 minutos y hace transbordo: de la línea 10 a la 5 para llegar a la parada de Diagonal. Se le nota francamente cabreado. Y no solo por una huelga que le afecta, y de qué manera, sino también “por el incumplimiento sistemático de los servicios mínimos que, además, nadie se encarga de controlar”. Ha puesto una denuncia que ya está en manos de TMB. Aporta pruebas, como la foto de un panel en el que se informaba de que el próximo tren llegaría en 58 minutos. “Si se ha pactado un 20% de servicio, debería pasar como mínimo un tren cada media hora, no cada 60 minutos”. Ha llegado tarde alguna vez, pero los compañeros le cubren en una suerte de mercadeo de minutos que tienen entre amigos. Hoy por ti, mañana por mí.  

Javier tiene un sueldo de 901 euros y 14 pagas. “Voy bastante justo”. Así las cosas, y conocido un poco el intríngulis de la negociación que mantiene la empresa pública de transporte y el comité de empresa, dice no entender el conflicto. “Se sacan hasta 40.000 euros anuales y además tienen un millón de jefes. Me parece terrible que el ayuntamiento no sea capaz de llegar a un acuerdo o de pegar un puñetazo en la mesa. Sobre el consistorio, considera que al gobierno de Ada Colau el tema “le viene muy grande”, que no hay “la suficiente autoridad”. “Falta voluntad para desmontar de arriba abajo el chiringuito de TMB”.

LÍNEA AUTOMÁTICA EN HUELGA

A Javier le parece "el colmo es que en las líneas 9 y 10 también haya huelga cuando los trenes funcionan sin conductor”. Y añade otro factor a todo el fenómeno de las movilizaciones en el transporte público. La seguridad. Recuerda que el país mantiene en cuatro el nivel de alerta terrorista, lo que debería ser suficiente para que Interior "intercediera en el dictado de los servicios mínimos". "Un loco de Daesh podría liarla muy gorda en cualquiera de los trenes o andenes que están a reventar durante los días de huelga”.

En definitiva, este vigilante no entiende que la plantilla haga pagar al ciudadano por unos problemas que les genera la empresa. Si el objetivo es dañar a TMB, les receta “lo suyo sería dejar los tornos abiertos”.