Arbitraje para poner fin a una relación sentimental

Paula necesita recuperar el pleno control de su vida. Se siente incapaz de avanzar, bloqueada por la desazón de no saber en qué momento o a través de qué vía irrumpirá en su vida alguien que ya debería formar parte del pasado. “Hace mucho que lo veo como a mi expareja, pero él no se resigna a admitirlo e insiste en seguir en mi día a día, ya sea con 'e-mails', llamadas, un montón de 'whatsapps' o directamente esperando a que salga de casa, acudiendo a casa de mi abuela a preguntarle por mí... Me he sentido acosada”, se sincera. Siempre había una forma de contactar con ella para reprocharle que le bloqueara o se cambiara de teléfono móvil, destaca Paula, que también opta por cambiar su nombre real para aportar su testimonio a EL PERIÓDICO.

Hace apenas un mes que decidió pedir ayuda para acabar con una situación que no se ha resuelto en un año y medio, cuando puso fin a la relación sentimental y a la convivencia. “Él ha malinterpretado que accediera a seguir viéndonos, a tomar un café con él. No lo interpreta como mi voluntad de que podamos ser amigos, sino como un signo de esperanza, de que yo siento lo mismo que antes”, explica. La situación le empuja a acudir a los Mossos, pero la única opción que le ofrecen es denunciar. “Aunque estoy muy agobiada, no quiero acabar las cosas así con alguien con quien he compartido tantos sentimientos”, expone. Los agentes le hablan entonces del servicio de mediación y ella se decide a probar.

El pionero servicio de mediación de El Prat cumple 20 años de resolución de conflictos ciudadanos

“Aquí me han calmado, me han aportado apoyo psicológico, confianza y soluciones para combatir el acoso. También han contactado con él, que les ha escuchado y por fin se ha mostrado dispuesto a cooperar para solucionar la situación”, expone. Todo está pasando muy rápido, y se podría solucionar esta misma semana, con el encuentro entre ambos y los mediadores, si él se compromete a respetar a Paula y sus deseos de empezar una nueva etapa.