«Sería peor un bar musical»

El barrio asegura que la cárcel no molesta, pero lleva cuatro décadas esperando el parque

H. L. / BARCELONA

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Que vivir frente a una inmensa zona verde de 14.000 metros cuadrados es mejor que vivir frente a una vieja cárcel es algo en lo que prácticamente todos coinciden. Pero "el problema de la Modelo no son las molestias que cause, que actualmente no causa ninguna, sino la promesa incumplida desde hace cuatro décadas de que el terreno sería una gran zona verde llena de equipamientos para el barrio", apunta Trini Capdevila, histórica líder vecinal del Eixample izquierdo y una de las vecinas que lideró el proceso participativo del año 2009 en el que se pactaron con el alcalde Jordi Hereu los equipamientos que deberían sustituir a la obsoleta prisión.

Capdevila ha vivido durante muchos años a pocos metros de la prisión y está convencida de que "debe de ser mucho peor vivir bajo un piso turístico o sobre un bar musical". "Durante el franquismo sí era peligroso. Yo no me atrevía a pasar por delante con mi hijo, pero ya en democracia el único problema es el estético", explica la expresidenta de la asociación de vecinos del barrio en el que se levanta la prisión, actual consejera del distrito por ERC. Puesta en ese papel -el de política- considera, como toda la oposición, que el acto de ayer fue "puramente electoralista", "aunque por algún lado había que empezar". Ese "por algún lado había que empezar" es el pensamiento predominante en el barrio. Tanto el sector más crítico como el menos, coinciden en que las ganas por alcanzar la gran zona verde son tales que se valora que se ganen ni que sea los mil y pocos metros de Entença con Rosselló.

Dos reuniones

El actual presidente de la asociación de vecinos del Eixample izquierdo, a su vez presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), Lluís Rabell, coincide en su diagnóstico con su predecesora. "No hemos asistido al acto simbólico de hoy porque no queríamos jugar al juego de la foto", asegura Rabell, quien, como muchos en el barrio, insiste en que hasta que no vea la cárcel de la Zona Franca en pie no dará credibilidad al nuevo calendario.

En cuanto al proceso participativo prometido ayer por el alcalde, Rabell detalló ayer que ya se han producido dos encuentros. En diciembre del 2014 se configuró de nuevo la comisión de seguimiento, y el 5 de marzo se produjo una segunda, en la que "principalmente se explicó la urbanización provisional de la esquina de Rosselló". A esa reunión acudieron miembros del ayuntamiento -de Hábitat Urbano y del distrito del Eixample-, de la asociación de vecinos y de la de comerciantes; Gabriel Gómez, hijo del autor de la Capilla Gitana (más información en la página 5), y miembros de SOS Monuments y de la asociación de antiguos presos franquistas. "Las reuniones son abiertas, en eso no tenemos queja, pero todavía no se ha definido cuál será la metodología del proceso participativo ni el calendario", prosigue Rabell, quien anticipa que la batalla será dura. Uno de los puntos que habrá que pelear es el memorial. El municipio hablaba ayer de un "espacio memorial de la cárcel Modelo", mientras los vecinos habían decidido llamarlo Memorial Puig Antich. "La intención es que el museo vaya más allá de la historia de la Modelo, trabajar con el Memorial Democràtic", añade.

Otro de los asuntos pendientes es qué será de los 5.000 nuevos metros ganados por el municipio en el pacto firmado con la Generalitat en otoño del año pasado -30.000 metros edificables- en la calle de Nicaragua, en el 2009 fuera del pacto al pertenecer entonces a la Generalitat. "Queremos que esa pastilla también entre en el debate. Está calificado como 18, es decir, pueden proyectarse oficinas y hoteles, y queremos blindarlo a la especulación", concluyen.