conflicto de intereses en el centro de la ciudad

El sector turístico rechaza la nueva ordenación de autocares

Las paradas de la Via Laietana se trasladan en noviembre para descongestionar la vía

Autocares en la plaza de Ramon Berenguer el Gran, el pasado verano.

Autocares en la plaza de Ramon Berenguer el Gran, el pasado verano.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Nuevo conflicto de intereses en el agitado sector turístico barcelonés. Cada paso que da el ayuntamiento para oxigenar el impacto turístico en algunos puntos de saturación es recibido por algunos operadores como una agresión al lucrativo mercado. Así que tras las quejas que generó el traslado de los autocares que desencochaban ante la Sagrada Família, el colectivo de agencias de viajes vuelve a rebelarse ante los inminentes cambios que afronta la Via Laietana, epicentro de distribución del turismo que llega en buses privados hacia el Gòtic y el Born.

La Asociación Catalana de Agencias de Viajes Especializadas, ACAVE, arremete contra las medidas al considerar que el ayuntamiento no les ha tenido en cuenta en la planificación. Se quejan porque -en principio- a partir del 4 de noviembre, según anunció el consistorio, se eliminarán plazas de encoche y desencoche en la plaza de Ramon Berenguer el Gran, que será reurbanizada para crear un entorno más amable y más fluido. Los planes municipales, para esponjar también la zona de Antoni Maura, implican que los muchos autocares que llegaban a la Via Laietana tendrán que parar en aparcamientos del perímetro del distrito, tanto en la plaza de Catalunya, como en Drassanes y los paseos de Lluís Companys y Colom.

El ayuntamiento no solo quiere liberar de tráfico el congestionado vial, sino crear un espacio más amable para el peatón, mientras siguen congelados los esperados planes de reforma total de la calle.

Pero en ACAVE mantienen que el plan «generará graves perjuicios a la movilidad turística», así como pérdida de plazas, colocando en «situación de desventaja al transporte en autocar» que insufla miles de visitantes diarios a la ciudad. Para las agencias de viajes, el mayor tramo que tendrán que hacer a pie los viajeros «imposibilitará en muchas ocasiones la visita a los principales iconos que se concentran en Ciutat Vella» y «dañará la imagen de la ciudad». Pero a tenor de la presión turística que vive el centro, y de las quejas ciudadanas en este sentido, la descompresión del distrito es vista precisamente como una ventaja por ayuntamiento y vecinos.