reFORMA de la basílica gótica de ciutat vella

Santa Maria del Mar deslumbra con los nuevos ventanales y gárgolas

Fachada principal restaurada de Santa Maria del Mar, a la izquierda, ayer. Cubierta remozada de la basílica gótica, arriba. Y una gárgola sustituida.

Fachada principal restaurada de Santa Maria del Mar, a la izquierda, ayer. Cubierta remozada de la basílica gótica, arriba. Y una gárgola sustituida.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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Bien pocas palomas se acercan ahora a picotear el arroz que los invitados lanzan a los recién casados los sábados por la tarde al salir de Santa Maria del Mar. El motivo es el sistema eléctrico que protege la fachada principal de las aves urbanas y el cierre de los agujeros del muro donde se cobijaban y, en lógica consecuencia, defecaban, lo que con el paso del tiempo daña la piedra arenisca de la pared, las gárgolas y los marcos de los ventanales.

El arquitecto Andreu Bosch asegura que la única sorpresa que el equipo de expertos se ha encontrado en esta segunda fase de la restauración de la basílica ha sido la «gran cantidad» de palomas que se refugiaban en los orificios. Estos huecos eran el soporte de los andamios que sujetaban un puente que ya no existe. «Al taparlos, hemos logrado reducir en un 80% la cantidad de palomas que revoloteaban alrededor de los muros», evalúa.

DINERO Y FE //Josep Maria Martí Bonet, delegado diocesano de Patrimonio Cultural del Arzobispado de Barcelona, califica esta iglesia construida entre 1326 y 1380 como uno de los templos más emblemáticos de la ciudad. «Ríos de personas trazan una ruta que comienza en la Sagrada Família (la única modernista), prosigue en la catedral y culmina en Santa Maria del Mar», afirma. Según él, suman tres millones de visitantes al año en este itinerario.

El experto en patrimonio eclesiástico recuerda que en un radio de medio kilómetro se construyeron al mismo tiempo las grandes basílicas góticas, a las que añade la parroquia de Santa Maria del Pi. «En esa época había fe y dinero, ahora escasea lo uno y lo otro, pero por suerte hay un entendimiento entre la sociedad civil, las autoridades eclesiásticas y las instituciones públicas para velar por este valioso patrimonio». La inversión prevista en la restauración de la iglesia del Born asciende a 3.600.000 euros hasta el 2014, tras el convenio firmado hace cinco años por la Generalitat, el arzobispado y la parroquia. A esta segunda fase se han destinado 414.000 euros, falta una tercera que precisará de 1.400.000.

Como anécdota cuenta que la belleza de Santa Maria del Mar provoca que muchos turistas que la contemplan exclamen «¡Ooooh!». «Se debería llamar Santa Maria de la O», ironiza el delegado diocesano. A eso, sin duda, ha contribuido el éxito internacional deLa catedral del mar, la novela de Ildefonso Falcones que relata los pormenores y las intrigas que envolvieron su construcción.

Joan Pluma, director general de Patrimoni Cultural, valora que durante este proceso Santa Maria del Mar no ha cerrado las puertas. «Ninguna de las obras ha impedido las visitas turísticas ni tampoco el culto», dice. Esta segunda reforma de una de las piezas clave del gótico catalán garantiza su supervivencia arquitectónica. La intervención se ha centrado en la mejora de desagües y la limpieza de contrafuertes, que evitan filtraciones de agua y humedades, y en la restauración de elementos escultóricos externos como las 40 gárgolas -solo cinco se han tenido que sustituir- y las piedras que envuelven los ventanales.

La azotea a 60 metros de altura, con ese giro de 360 grados que abarca todo elskylinede Barcelona, está cerrada al público, aunque el arzobispado estudia crear visitas guiadas a la torre del campanario.