Rull califica de "sarcasmo" las quejas del PSC sobre la línea 10

Este miércoles tocaba visita de obras. Políticos, ingenieros, vecinos y periodistas ataviados con peto y casco han bajado a las entrañas de Barcelona, concretamente en el barrio de la Marina, donde el año que viene está previsto que se estrenen dos estaciones del ramal sur de la línea 10 de metro, que en su proyecto original cruza la Zona Franca hasta casi besar el Llobregat. La excursión, sin embargo, ha terminado más teñida de política que de infraestructuras y transporte: la pugna metropolitana sobre el derecho al suburbano se ha llevado los focos. 

El 'conseller' de Territori, Josep Rull, ha repetido lo que ya explicó hace un par de semanas en la presentación del acuerdo que permite desencallar estos dos apeaderos, Foc Cisell y Foneria. La ciudad ha comprado al Govern inmuebles por valor de 40 millones, un dinero que se empleará en dar un empujoncito a la obra, pero solo en el tramo barcelonés. Las dos paradas de L'Hospitalet previas, Provençana e Ildefons Cerdà, se mantendrán en barbecho hasta que se encuentre la fórmula para pagar los 39 millones de euros necesarios y que el consistorio que lidera Núria Marín no puede avanzar. 

MALA PLANFICACIÓN DEL PSC

Ahí radica la polémica. A principios de semana, el segundo teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, afeó a la Generalitat que se ningunee a la ciudad vecina. "De este modo -dijo- solo tendrán metro aquellos municipios que se lo puedan permitir". Rull ha considerado este miércoles un "sarcasmo" las palabras del líder del PSC en Barcelona y socio de gobierno de Ada Colau, y le ha recordado que si la infraestructura está parada es precisamente porque los suyos, esto es, los socialistas, "planificaron mal" el proyecto.

El 'conseller' ha recordado que con la apertura de las dos estaciones de la Marina "se está más cerca de poner en funcionamiento las de L'Hospitalet". Rull y Marín, según ha revelado el responsable de Territori, se vieron el 2 de enero para empezar a buscar fórmulas que permitan financiar el plan. "Pero no podemos usar el mismo sistema que con Barcelona, porque L'Hospitalet no tiene la misma disponibilidad". La ciudad vecina tiene seis veces menos presupuesto que la capital catalana. 

Al margen de la política, está previsto que en unas semanas empiecen a circular trenes de prueba por Foneria, una estación que por ahora es un inmenso homenaje al cemento. Y un suplicio para los trabajadores, que para ir al baño tienen que subir la friolera de 221 escalones. Tampoco ha sido fácil para los veteranos vecinos Silvino y Asensio, que llevan 30 años luchando por el metro y este miércoles han estado en la visita. Como niños con zapatos nuevos.