el futuro de un inmueble de sant gervasi

La Rotonda empezará en enero su lenta resurrección

Urbanismo ultima la licencia para que la finca se convierta en edificio de oficinas

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / Barcelona

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Todo el mundo en Sant Gervasi tiene algún recuerdo de infancia en el que aparece la Rotonda. Este edificio, encargado a principios del siglo XX por el doctor Salvador Andreu al arquitecto Adolf Ruiz Casamitjana como símbolo de la ciudad jardín que proyectaba en la avenida del Tibidabo, simboliza como pocos el devenir del urbanismo moderno; a saber, un inicio esplendoroso durante el que fue uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, una madurez en la que no supo adaptarse ni al progreso ni a la demanda y una vejez que obligó a buscar usos desesperados para evitar el derribo. Ahora, tras casi un lustro de abandono, este legendario edificio de la zona alta está a punto de iniciar una lenta resurrección. Será a partir de enero, después de que el ayuntamiento conceda la licencia de obra con la condición de que los trabajos empiecen de inmediato para frenar el alarmante deterioro.

La promotora Núñez y Navarro compró la Rotonda a la familia Andreu en 1999 por 2.500 millones de pesetas. El deseo inicial era construir un hotel, pero fuera por la lejanía con el centro o por los problemas de movilidad en la zona, al final se optó por un contenedor de oficinas. El proyecto se encargó al despacho del arquitecto Alfredo Arribas, que redactó un plan de mejora urbana que fue aprobado por unanimidad en un pleno municipal a finales de mayo del 2008. Solicitada la licencia, hace aproximadamente un año, dio comienzo una doble carrera administrativa y vecinal; la primera, centrada en los límites del proyecto y la obligatoriedad de respetar la estructura original incluida en el patrimonio arquitectónico de la ciudad, y la segunda, protagonizada por la plataforma Salvemos la Rotonda, una asociación de vecinos que considera que el ayuntamiento ha sido «muy permisivo» con Núñez y Navarro y que teme que el nuevo edificio engulla literalmente la parte añeja.

FACHADA INTACTA / La obra, que podría estar acabada en unos cuatro años, respetará la edificación original en forma de L -incluida la cúpula, el elemento más emblemático de la finca- pero prevé derribar las partes no protegidas, esto es, el edificio adosado en los años 30 en la calle de Lleó XIII, obra de Enric Sagnier, y los añadidos de las plantas superiores, levantados en los 70 cuando la Rotonda era un hospital más preocupado por las exigencias sanitarias que por las vicisitudes arquitectónicas, históricas o sentimentales.

EL PERIÓDICO ha entrado esta semana en el edificio, de la mano del propio Arribas, para calibrar su estado actual. El interior -lúgubre, ideal para rodar REC 3, medio derruido y lleno de material médico y efectos tan personales como anónimos- poco o nada tiene que ver con el esbelto aspecto exterior, al que también habrá que dar una intensa mano de chapa y pintura. «Cuando entramos por primera vez nos dimos cuenta de la cantidad de destrozos que se han ido haciendo con los años. Fuimos quitando falsos techos hasta alcanzar el esqueleto auténtico y nos llevamos una gran sorpresa», relata el arquitecto. Retirados todos esos «tics de decoración de posguerra», descubrieron que Casamitjana utilizó «una estructura muy pionera para la época; una base metálica que en 1906 debía ser de las primeras que se usaba en Barcelona», concreta.

CONTRA EL AYUNTAMIENTO / La licencia llegará después de que Urbanismo mantenga a principios de año una última reunión con la plataforma Salvemos la Rotonda, que logró que se repitiera dos veces el estudio topográfico del terreno. Este colectivo, al que dan apoyo varios profesionales de renombre del barrio, ha presentado una demanda contra el plan de mejora porque considera que se supera la volumetría máxima permitida. «No vamos contra el proyecto porque Núñez solo hace su trabajo e intenta levantar el máximo de metros posibles. Vamos contra el ayuntamiento por haberlo permitido», relata la portavoz, Àngels Garcia.

«Está muy bien que el ayuntamiento haya escuchado todas las opiniones, pero la Rotonda necesita una actuación urgente y si llega en enero, es la mejor noticia para todos», zanja Arribas.