"Rodalies no es fiable con o sin huelgas"

Àlex Porta trabaja en el centro de Barcelona como archivero de la Conselleria d'Agricultura. Vive cerca de Ripoll y se desplaza en tren cada día. En esas dos horas aprovecha para leer. Y hace lo propio en el viaje de vuelta a casa. El coche no se lo plantea, porque entre la gasolina y el aparcamiento le saldría cinco veces más caro que el abono mensual de Rodalies, de 181 euros. Las huelgas, en el caso ferroviario, son solo un añadido al reguero de problemas que arrastra la red que controla Adif en Catalunya. Por eso Àlex asegura que las protestas laborales las nota menos, "porque el problema del tren es que ya no es fiable de entrada". Además, señala, al haber pocos convoys en su trazado, cuando se establecen los servicios mínimos hay poco que quitarles y la protesta apenas les pasa factura. 

Intentó trasladarse a vivir a la capital catalana, pero la llamada de la tierra le arrastró de nuevo hasta su hogar, en Sant Joan de les Abadesses, año y medio después. "No pude aguantar el ruido y la vida frenética de la ciudad", recuerda, y por eso volvió al Ripollès. Se levanta a las 5.30 horas y coge el tren de las 6.25 horas. Tiene suerte porque su parada es el origen del trayecto, así que suele salir puntual. Los problemas se van acumulando durante el recorrido. Durante un año fue apuntando los tiempos, hasta llegar a la conclusión de que los trenes llegan a plaza de Catalunya con un retraso de entre 10 y 11 minutos. "Falta de información, robo de cables, averías..., las afectaciones son habituales y constantes, y eso que la mía, la R3, no es ni mucho menos de las peores". 

Los ciudadanos, hartos de pagar los efectos de las huelgas de transportes

Sobre las huelgas, considera que los trabajadores tienen derecho a protestar y que, junto con los usuarios, deberían ir de la mano para que los responsables de Renfe (o de TMB, en el caso del metro) vean que hay un "frente común que exige soluciones".