GORRAS, BORSALINOS Y PAMELAS

Renacen las sombrererías

Las tiendas de sombreros resurgen en BCN, que llegó a contar, antes de la guerra civil, con cerca de 23 establecimientos especializados en este complemento.

Interior de la Sombrerería Mil (C/Fontanella, 20), ayer al mediodía.

Interior de la Sombrerería Mil (C/Fontanella, 20), ayer al mediodía.

MARINA MUÑOZ BENITO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Gorras, pamelas de fieltro (o de paja en verano), boinas parisinas o tipo txapelavasca,casquettes, borsalinos, fedoras (de Indiana Jones), panamás,clochesde los años 20 (como el de Angelina Jolie enEl intercambio), e incluso, el famosopill box, que acompañó reiteradas veces a Jackie Kennedy, vuelven a ser, desde hace un tiempo, deseo de compra entre los barceloneses y turistas que pasean por las calles de la capital catalana, que llegó a contar, a principios del siglo XX, con cerca de 23 sombrererías. Y es que la elegancia empieza por la cabeza.

La moda actual, el achicharrante calor del verano, el uso terapéutico para la prevención de enfermedades de la piel, pero, sobre todo, la pérdida de vergüenza. Estos son los factores que, según los sombrereros barceloneses (que no niegan cierto plus de ventas gracias a la alta expectación que este complemento tuvo en la boda real inglesa), han hecho renacer en la capital catalana el sombrero, símbolo de convencionalidad hasta principios del siglo pasado.

«Tanto para ir a trabajar como los días festivos siempre se llevaba una pieza en la cabeza, no se concebía ir sin nada. Según el estatus, la cosa se complicaba más», explica Nuria Arnau, de la Sombrerería Mil que, junto a Obach (C/Call, 2), son las dos únicas sombrererías antiguas, del 1856 y del 1924, respectivamente, cuyas persianas todavía hoy permanecen abiertas. El éxito de ambas, además de sus atractivos escaparates, que no dejan indiferente a nadie: mantener lo clásico con las tendencias actuales, además de la calidad y la diversidad, tanto en precio como en productos.

Ante el nuevo tirón de este complemento, a estos clásicos, a los que no estaría demás perder el respeto a franquear sus puertas y asomarse sin pudor a sus centenarios (o casi centenarios) mostradores, se han sumado nuevas iniciativas comerciales.

La oferta de The Pink Carpet (plaza de Narcís Oller, 8), un reducto femenino que abrió en septiembre, se centra en tocados y sombreros de firmas españolas. La Chapó Boulevard, abierta desde el pasado julio en El Bulevar Rosa (Rambla de Catalunya, 55-57), dispone de cerca de 80 sombreros expuestos, muchos de ellos de origen extranjero y, una gran parte, plegables. Otro comercio es Fam Headware (Portaferrisa,10), que cuenta con firmas procedentes de Nueva York, Tokio, Londres y Ámsterdam, entre otras ciudades.