Iniciativa social

El Raval se une para insertar laboralmente al vecindario

La asociación Estel Tàpia ayuda a personas con problemas de exclusión social y laboral a adquirir de nuevo los hábitos de trabajo

EL PERIÓDICO / Barcelona

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Respetar los horarios, ser responsable, mantener un orden adecuado en el ambiente de trabajo y saber comunicarse con los compañeros o los jefes son fundamentos de la cultura laboral para cualquier trabajador.

En la asociación Estel Tàpia, estas son las materias primas que se intentan enseñar a sus usuarios, personas con problemas de exclusión social y laboral, que desean encontrar trabajo pero que han perdido los hábitos de trabajo.

En el aula formativa de Estel Tàpia les ayudan a "retomar el camino para situarse dentro de la sociedad, dar el paso de la exclusión a la inclusión", en palabras de su directora, Thelma Gil.

Cerca de sesenta personas siguen en esta entidad un itinerario formativo pre laboral con la intención de adquirir las capacidades necesarias para poder optar a un puesto de trabajo. Lo hacen mediante una parte teórica, pero también con la práctica, introduciendo "un pequeño simulacro de la vida cotidiana que podríamos encontrar en un lugar normalizado de trabajo".

Estel Tàpia también tiene un centro especial de trabajo, donde tres trabajadores contratados confeccionan los productos que les encargan cerca de una treintena de empresas comprometidas.

Esta es una de las 17 entidades que forman la Xarxa Laboral del Raval, que trabaja de forma conjunta para insertar laboralmente a sus vecinos más necesitados, haciendo una planificación conjunta de la formación y compartiendo ofertas laborales.

Paralelamente a esta red, que en 2014 atendió 257 beneficiarios, el proyecto Itaka trabaja para abrir las puertas del mercado laboral a los jóvenes de entre 16 y 20 años del barrio.

Durante el último año, 27 jóvenes participaron en las acciones del proyecto, tanto en el ámbito de la formación como en experiencias pre laborales, prácticas e inserciones. Tres de ellos trabajan ahora para el barrio gracias al programa ‘Pinta persianes’, que pinta y limpia las persianas de los comercios que lo piden.