REVÉS A LA POLÍTICA DE MOVILIDAD DE CIU

El RACC descoloca a Trias tras desaconsejar el carril bus-moto

Una moto circula por el carril bus-taxi de Gran Via, el 5 de octubre.

Una moto circula por el carril bus-taxi de Gran Via, el 5 de octubre.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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El programa electoral de CiU es de todo menos ambiguo: «Modificaremos las ordenanzas municipales para que las motos puedan circular por el carril bus-taxi» (página 278). Cuando uno gana las elecciones y se ve moralmente obligado a llevar la tinta al terreno de la realidad, la cosa se llena de matices que a menudo diluyen la promesa hasta convertirla en una declaración de intenciones o una idea a la que todavía hay que darle una vuelta. Este, el de las motos compartiendo espacio con los vehículos de TMB, sería un buen ejemplo, más aún después de que el RACC hiciera público ayer un informe en el que lo desaconseja por temor a que aumenten los accidentes.

La noticia debió sentar como un tiro en la sede de Movilidad, habida cuenta de que el propio alcalde Xavier Trias había asegurado en un par de ocasiones que su decisión final quedaba supeditada al dictamen del automóvil club. El RACC aboga en su estudio por «mantener el statu quo actual» tras comprobar que el 81,7% de los motoristas circulan por los pasillos correctos. Los técnicos de la institución han observado seis puntos de la ciudad durante cinco días, y 31.000 motos después concluyen que solo una de cada siete se cuela en terreno ajeno. Así las cosas, y analizado también el caso de Londres donde las caídas aumentaron un 37% tras implantar la medida en 28 carriles bus-taxi, el RACC llega a la conclusión de que aplicar a rajatabla el programa electoral de CiU incrementaría la velocidad media de las motos y generaría un «riesgo de aumento significativo del número de accidentes de motos así como de su gravedad».

Las tesis que defiende coinciden con las que ya postularon en el 2008 la Guardia Urbana, TMB y el propio ayuntamiento, entonces en manos del PSC e ICV-EUiA, cuando, además de dar la alerta sobre la siniestralidad, se señalaba el peligro de ralentizar la velocidad comercial del bus, que ronda los 13 kilómetros hora. También armonizan argumentos en cuanto al riesgo que supondrían los giros a la derecha, aquellos en los que la moto quiere ir recto y un coche traza la curva desde el carril central con el resultado de un motorista por los suelos con heridas que raramente son de carácter leve.

DE LA FE CIEGA AL ANÁLISIS / El ayuntamiento reaccionó con una de esas respuestas que en el fondo no significan nada. Fuentes municipales mostraron el respeto del consistorio ante el informe del RACC y redujeron la fe ciega de Trias a un «análisis en detalle de las conclusiones de cara a tomar la decisión en el marco de la comisión de trabajo que estudia en qué condiciones las motos podrían circular por el carril bus-taxi».

El estudio llega en un momento de lo más oportuno, puesto que hoy se celebra la comisión de Movilidad. Ricard Gomà, líder de ICV-EUiA, admitía ayer que el resultado del estudio le sorprendió, aunque se mostró cauteloso ante un posible pacto PP y CiU: «Están mostrando mucha sintonía en muchos temas», sentenció.