SUSTO EN EL INTERCAMBIADOR DE PASSEIG DE GRÀCIA

¿Quiénes son los ciclistas del metro?

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Bernardo lo siente a medias. Pide perdón a quien se hay podido sentir agredido, sobre todo al colectivo ciclista, que sufre las consecuencias de las críticas, pero reivindica la gamberrada porque considera que hace falta un poco de "rebeldía en un mundo tan aburrido". Es el creador del grupo Rock&Ride, un negocio en potencia y un homenaje a las bicicletas de piñón fijo, las que no llevan frenos, las que solo responden a las piernas del ciclista. El domingo, este grupo de muchachos pedalearon por el intercambiador de metro de Passeig de Gràcia. Colgaron el vídeo en las redes y se desató una oleada de cólera. ¿Les importa? No parece que demasiado, pero por si las moscas han retirado la grabación de su página.

Este joven treintañero se dedica a modificar bicicletas, a personalizarlas, y espera poder tener taller propio en unos pocos meses. Creó el grupo en Facebook por diversión hace un par de años, para conocer a 'riders' que, como él, viven el ciclismo urbano de un modo distinto al tradicional. Distinto porque añaden al pedaleo un punto canalla, el que siempre se ha asociado a las 'fixies' nacidas en Estados Unidos en los años 80, cuando los mensajeros empezaron a usarlas porque no requieren de grandes reparaciones y son ligeras y rápidas.

SALIDAS TODOS LOS DOMINGOS

Los miembros de Rock&Ride se reúnen todos los domingos a las seis de la tarde para dar una vuelta por la capital catalana. La última salida -llevan ya unas 25- incluyó ese polémico tramo por el suburbano. "Fue espontaneo e improvisado, no había ninguna maldad en la idea". Cuenta Bernardo que si Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) le acaba multando, la sanción la pagarán entre todos. Muy a regañadientes porque, dice, no gritaron ni empujaron ni violentaron a nadie. "Me sorprende tanto rechazo hacia la bici en Barcelona. Solo intentamos vivir el ciclismo a nuestra manera, sin afán de molestar a nadie, no vamos como cafres. Pero puede que el domingo fuéramos un poco egoístas, es verdad...".

Los lunes y los miércoles por la noche suelen reunirse en la Ciutadella o en la denominada plaza de la Aspirina (el cruce de Diagonal con Marina) para jugar a 'bike polo', un deporte que requiere de una gran habilidad, no solo para lograr perforar la portería contraria, sino para evitar dolorosas caídas con la bici. En el grupo, explica su fundador, hay gente "de todo tipo y de todos los barrios". También un padre que acude con su hija de 10 años.

Bernardo no tiene muy claro cómo acabará la cosa. Cree que también les puede beneficiar, que más gente quiera unirse a ellos. Pero le sabe mal que tantos ciclistas también les hayan puesto a parir en internet. Es normal, puesto que la bici arrastra en esta ciudad un estigma del que es muy difícil desprenderse. A pesar de que solo están implicadas en el 3,9% de los accidentes registrados en el 2015 en Barcelona (por un 39% de motos o un 46% de turismos), siguen siendo las grandes discutidas de la vía pública. En parte, porque todavía se les permite circular por las aceras, algo que debería prohibirse en año y medio porque así lo dicta la ordenanza.

Por eso, y porque ya de por sí ir en bici conlleva ciertos riesgos, que unos jóvenes manchen un poco más su imagen no ha sentado del todo bien.