MARINA. ZONA DE FIESTA NOCTURNA

«No puedo vivir así, me iré de la ciudad»

GERARD BONET. 30 AÑOS. TELEOPERADOR

«No puedo vivir así, me iré de la ciudad»_MEDIA_1

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CARLOTA CANO

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Cinco años viviendo en Marina, cerca de una de las estaciones de metro que debe de tener mayor afluencia de jóvenes en busca de fiesta de Barcelona, han sido suficientes para Gerard Bonet (teleoperador y estudiante de Física de 30 años): busca casa fuera de Barcelona harto de convivir con los ruidos. «No  puedo llevar una vida normal, la gente no tiene en cuenta  a los vecinos que vivimos aquí», se lamenta.

Confluencia de dos zonas de marcha -la de la Vila Olímpica y la más cercana en el entramado de antiguas fábricas de Poblenou-, Marina se ha visto revitalizada aún más con la construcción de un nuevo hotel, lo  que ha traído al barrio un nuevo (y más ruidoso, si cabe) visitante: los turistas. «Realmente la gente del barrio o del resto de la ciudad solo molesta el sábado, pero los turistas son todos los días y durante todo el año», se lamenta. En verano, sin clases, con el calor que fuerza a abrir ventanas, el ruido aumenta, pero en sus cinco años en la zona dan a Bonet suficiente experiencia como para saber que el del ruido en Marina es un problema estructural y no estacional. Para este vecino es un descontrol continuo, tanto que ha tenido que tomar medidas para que esto no le afectara a su vida personal, con éxito dispar. De entrada, se acabó estudiar en casa: ««Tengo que hacerlo en una biblioteca, porque es imposible concentrarse con tanto ruido». Ha insonorizado su habitación, pero «no sirve de nada»; ha cambiado el turno de trabajo de la mañana a la tarde, para así poder descansar por la mañana, único momento del día en el que puede dormir sin que nadie le moleste. «He tenido crisis de ansiedad por  no poder dormir, y por no saber controlar mi vida, ahora asumo que tengo que dormir a partir de la una o dos de la madrugada», explica, resignado, al mismo tiempo que denuncia la escasa presencia policial para controlar a los incívicos.

MARCHARSE  Han sido numerosos los intentos de los vecinos del barrio de organizarse para resolver el problema, pero hasta el momento no han prosperado. «Muchos vecinos lo asumen como un inconveniente más de vivir aquí. Los hay también que, si pueden, se marchan el fin de semana o directamente se mudan». Esa es la idea de Bonet: tras varias denuncias que no han servido de mucho, si pudiera se hubiera ido ya, no del barrio de Marina, sino de la misma Barcelona. «El ruido te condiciona toda tu vida».