NEGOCIACIÓN DE LOS PRESUPUESTOS DEL 2015

El PSC salvará las cuentas de Trias si inicia un «giro social»

Collboni cederá una abstención si CiU baja la tarifa del transporte público

Jaume Collboni sigue con atención el pleno municipal de junio.

Jaume Collboni sigue con atención el pleno municipal de junio.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Jaume Collboni tomó ayer una senda insólita en política al ofrecer un pacto a su principal rival a escasos meses de las elecciones municipales. Apeló a la responsabilidad por encima de los intereses de partido, y por eso brindó a CiU una abstención en la votación de los presupuestos del 2015 siempre y cuando el contenido de esos cerca de 2.500 millones de euros evidencien «un giro social» en la actual gestión de la ciudad.

El candidato socialista a la alcaldía comía ayer en el Círculo Ecuestre y se esforzaba en destacar que Xavier Trias «carece de proyecto». Lo repitió hasta en cinco ocasiones y con distintas fórmulas, pero siempre con la voluntad última de dibujar un alcalde que lleva la ciudad «a la deriva». Lo hacía después de que el presidente de la entidad sita en el cruce de Balmes con la Diagonal, Borja García-Nieto, le presentara con todos los honores al tiempo que le complicaba un poco el terreno: «Está claro que Barcelona funciona».

Quizás funcione en el terreno económico gracias a la herencia de anteriores gobiernos socialistas, deslizó Collboni, en un guiño a Jordi Hereu, presente en el ágape. Pero luego está la administración social, la del día a día más allá «de las utopías de la smart city». Ahí es donde el candidato socialista metió cuchara. Y hasta el fondo. Habló de las desigualdades entre barrios, de la fractura económica que genera una capital cada vez más entregada al turismo y con unos precios «inasumibles para una clase media que contempla cómo se le expulsa de la ciudad». «Barcelona se ha vuelto cada vez más inasequible, más cara, más difícil», lamentó.

Dos caminos

Para corregir esta situación, los socialistas tienen dos vías. Pueden edificar un programa electoral lleno de promesas sociales, o pueden intentar hacer algo en lo que queda de mandato para llegar a finales de mayo con una victoria bajo el brazo que les dé algo de ventaja moral ante la creciente oferta de fuerzas de la izquierda que llaman a las puertas del ayuntamiento, esto es, Guanyem y la CUP. En el segundo camino entra la propuesta de abstenerse en los presupuestos del 2015 siempre y cuando el gobierno cumpla dos requisitos: abaratamiento de la tarifa del transporte público e incremento de las plazas públicas de guardería. Lo primero está complicado, a pesar de que el propio Trias ya ha hablado de congelar los precios, pero en ningún caso de bajarlos ante la delicada situación económica de las empresas que explotan el transporte metropolitano. Para lo segundo, es probable que haya más opciones de llegar a buen puerto.

Collboni llamó por la mañana a Trias. Por la tarde, tras meditar la propuesta y los peajes, fuentes del gobierno agradecían «la actitud positiva del PSC y su ofrecimiento para intentar alcanzar un acuerdo».

Inevitable acordarse de septiembre del 2012. El entonces jefe de filas del PSC, Jordi Martí, se abstenía en el plan de acción municipal 2012-2015. Le cayeron palos desde el partido por allanar el camino a Trias. Collboni juega ahora con ventaja, ya que también está al mando de la federación socialista de Barcelona.