El proyecto que partirá en dos el zoo concita un frente de rechazo

El Ayuntamiento de Barcelona pretende partir el zoo de la ciudad por la mitad y, después, unir las dos secciones con una pasarela elevada. Este número de prestidigitación con sierra tiene como propósito abrir una nueva calle que comunique el Born con la Vila Olímpica a través del parque de la Ciutadella. No es un proyecto menor y, sin embargo, no ha sido debatido en el pleno municipal. Hasta podría decirse que ha pasado tristemente desapercibido, a pesar de que las obras darán comienzo en menos de tres meses. Ahora, en el último minuto de juego, ya tiene oposición. La encabezan los más de 100 empleados del recinto, que sostienen que es una animalada. La Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona y varias entidades más se han sumado a ese frente de resistencia con una recogida de firmas.

El propósito de abrir una nueva ruta urbana hasta las playas de Barcelona a través del parque de la Ciutadella es añejo. Cuando el Zoo de Barcelona estaba previsto que se trasladara al Fòrum se hicieron detallados bocetos sobre ese plan. Pero el traslado se desdeñó. La vía peatonal que ahora pretende abrir el ayuntamiento alterará el bienestar de hasta 16 especies de animales, aseguran los empleados del zoo, como los delicados flamencos de Chile, los inquietantes osos hormigueros, los cachondos perritos de la pradera y los hipopótamos pigmeos. Es cierto que son animales que pueden ser reubicados. En realidad, puede que el mayor daño que podría hacer el plan urbanístico sería a la colonia realmente salvaje del zoo, poco conocida por el público, pero de enorme valor ecológico. En las copas de los árboles del recinto, prácticamente ahí donde está prevista la pasarela elevada, anida la mayor familia de garzas reales de toda Europa. Es también la residencia de verano de otras especies que migran desde las sabanas africanas, pero el caso de las garzas reales es un caso tan valioso como insólito. Hay uno 80 nidos.

Para los trabajadores del zoo, la inversión prevista, unos 4 millones de euros, según el ayuntamiento, no tiene sentido por excesiva, sobre todo si además se tiene en cuenta que ese paso peatonal solo estará abierto en horario diurno, cuando la Ciutadella es transitable.

Lo que pretenden los impulsores de la recogida de firmas es despertar a los ciudadanos del letargo con el que de un tiempo a esta parte asisten a la transformación de la ciudad, en la que se llora el cierre de tiendas históricas cuando ya han bajado la persiana por última vez o se descubre el horror de los chiringuitos turísticos de la Rambla cuando ya han comenzado a despachar productos.

Las obras, en realidad, las ejecutará el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) tras un acuerdo con el ayuntamiento. Es por esa razón que el proyecto no ha sido debatido con profundidad en ninguna comisión de gobierno municipal.