LOS PROS Y CONTRAS DE APLAZAR EL TRASLADO

Un estreno en el aire

El viejos solar 8 La Fira de Bellcaire llena de compradores y curiosos con cámaras de fotografiar, ayer al mediodía.

El viejos solar 8 La Fira de Bellcaire llena de compradores y curiosos con cámaras de fotografiar, ayer al mediodía.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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¿Antes o después de verano? La decisión del mes de traslado a los nuevos Encants estaba ayer en boca de los vendedores, que son quienes al final decidirán, de los clientes habituales y de los vecinos de la Fira de Bellcaire, que en su zoco de la plaza de las Glòries soportaron un día de calor sin apenas sombra.

«Esto en verano es un calvario. Cuanto antes nos marchemos, mejor», aseguraban los vendedores partidarios de trasladarse el 12 de julio, fecha en la que el ayuntamiento asegura que el nuevo emplazamiento a la otra orilla de la plaza estará listo. Pero la balanza de opiniones oscila y también se declina hacia que inaugurar el edificio en julio no tiene sentido. «En agosto apenas viene nadie. Mejor esperar a septiembre», defendía Noemí Rocabruna, desde el puesto 23. Prefiere que el traslado se realice con «garantías» de que la inundación y las cortinas de agua provocadas por la lluvia torrencial del pasado sábado no se repita. «Tengo muchas ganas de irme. No hay color entre cómo estamos ahora y cómo estaremos, pero prefiero dejar pasar el verano», cuenta la vendedora.

Las entidades vecinales recuerdan que desalojar el solar donde siguen los vendedores es vital para ejecutar la demolición del anillo viario, y guardar elementos de obra y encinas que ahora se ubican en el parque del centro. «Si los Encants no se mueven, el derribo se volverá a retrasar», declara Jordi Casanovas, vocal de Urbanismo de Fort Pienc.

Lo cierto es que el número de visitantes ha aumentado desde que la prensa dedica especial atención al aplazamiento del traslado. «Muchos padres venimos con nuestros hijos para que lo recuerden», explica Marta González, que se escapó al mediodía a hacer fotos con su hija.

Las tormentas de Barcelona

Gabriel Barrera, comercial de material eléctrico, está convencido de que el 12 de julio no estarán arreglados los destrozos. «El problema es más grave. Deben cambiar los tubos de desagüe, son pequeños para engullir mucha agua. Y eso pasa tres o cuatro veces al año en Barcelona».

Teresa Tasies Pastor regenta una tiendecita de cosmética. «El incidente no tenía que haber sucedido, pero tiene solución. ¡Menos mal que la lluvia torrencial llegó antes del estreno previsto para el 19 de junio!», aclara Tasies, convencida de que el nuevo mercado será un éxito. «Lo encuentro precioso, será un icono».

«Estos días viene mucha gente. Al menos sacamos algo bueno del percance», dice Mawauan Kioi, que vende bolsos en el puesto 2 bajo uno de los letreros que aún afirma que el traslado será en junio.

Anibal Ródenas lleva 20 años trabajando en los Encants. «Espero que no tardemos en marcharnos. Cuanto antes mejor. En verano esto es un desierto. No se puede soportar», declara Ródenas desde su ferretería. «Hemos de salir de aquí en cuanto podamos. ¿Para qué esperar a septiembre?», coincide Elena Vaella, que vende artículos étnicos. «Este mercado es un infierno, la mejoría será notable, sobre todo por no estar debajo del sol y de la lluvia y por las instalaciones».