LA CONFESIÓN DE UN TRÁNSFUGA

La Greta Garbo de Badalona

David Gómez ofrece una versión inédita de las facturas de la última crisis que cerca a Albiol

LA TRAMPA 3 Entre las facturas que la empresa Demon Engineering reclama al Ayuntamiento de Badalona destacan dos. A la izquierda, la factura cursada con el concepto falso de obras en la vía pública. A la derecha, la factura  que detalla, según la emp

LA TRAMPA 3 Entre las facturas que la empresa Demon Engineering reclama al Ayuntamiento de Badalona destacan dos. A la izquierda, la factura cursada con el concepto falso de obras en la vía pública. A la derecha, la factura que detalla, según la emp

C. C.
BADALONA

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Como en la campaña con la que se publicitó en 1930 la película sonoraAnna Christie(«¡Garbo habla!»), el exconcejal del PP David Gómez accedió ayer a contar a EL PERIÓDICO todo cuanto dice que sabe sobre esas facturas que han precipitado la dimisión de la coordinadora del barrio de La Salut, Julia Sánchez. Hay que advertir previamente de que se trata de Gómez, el hombre que dejó el PP pero no su escaño de concejal, el político en el ojo del huracán, pero tal vez su versión merece ser publicada.

En septiembre del 2011 -explica Gómez-, el concejal Salvador Lerma asumió como una cuestión personal resolver el problema de goteras que la coordinadora sufría en su casa. «Quería que el concejal de Vía Pública, Daniel Gracia, enviara una brigada municipal a realizar las reparaciones necesarias, pero no encontraban la manera de hacerlo sin levantar sospechas. La solución se les ocurrió un día que los tres comíamos en el restaurante Can Frai. Lerma estaba desesperado. Decía que Julia vivía en condiciones inhumanas. Así que me preguntaron si yo podía encargar las obras a una empresa que trabajaba para el Institut Municipal de la Salut, un área bajo mi jurisdicción». Reconoce que lo hizo, y añade que Gracia personalmente ordenó que la empresa tramitara la factura con un concepto ambiguo.

Según Gómez, el alcalde Xavier Garcia Albiol no sabía nada de aquel tejemaneje. Pero terminó por enterarse, porque la factura era toda una rareza. La tormenta en el despacho del alcalde fue digna de un Zeus. Estaban ahí los tres confabuladores cruzándose acusaciones frente al alcalde y dos concejales más, María Jesús Hervás y Miguel Jurado.

García Albiol -siempre según la versión de Gómez- quería la cabeza de Sánchez. Lerma se interpuso como aquellos guardaespaldas que dan un salto para recibir el impacto de la bala.«Amenazó con irse a los bancos de la oposición».

La coordinadora conservó su cargo. Tampoco era una pieza que García Albiol pudiera sacrificar tan alegremente, pues no en vano había sido durante el anterior mandato municipal una activa dirigente vecinal que se puso tras las pancartas en contra de los rumanos y que, así, había prestado un gran servicio a la campaña del entonces candidato a alcalde del PP.

Gómez (que cada cual decida si su palabra cotiza al alza o no merece ser creída) asegura que, con todo, aquello no fue el cénit de la tensión en el seno del grupo municipal popular. En enero del 2012, en vísperas del pleno municipal, entre viandas servidas por los camareros de la Barca del Salmanca, en el Port Olímpic de Barcelona, se urdió un plante a García Albiol que solo logró desactivarlo en el último minuto el concejal de Hacienda, Ramon Riera.

El ahora exconcejal del PP sabe que lo fácil es dudar de su versión de los hechos, pero plantea una pregunta en su defensa.«¿Qué interés iba a tener yo en arreglarle las goteras a Julia Sánchez? Lo mismo digo de algunas obras que me acusan de haber encargado por mi cuenta. ¡Pero si algunos equipamientos en los que se hicieron obras que no se han pagado ni siquiera sabía que existían!»

En 1939, la hasta entonces melodramática Greta Garbo protagonizó otro clásico del cine,Ninotchka. Del estreno de aquella obra maestra se recuerda siempre un titular fenomenal:«Garbo ríe». No está de más puntualizar que ayer Gómez sonreía.