El drama de los asentamientos de Sant Martí

El tercer desalojo en una semana enciende los ánimos en el Poblenou

Uno de los accesos de la nave del pasaje de Ratés desalojada ayer en Poblenou.

Uno de los accesos de la nave del pasaje de Ratés desalojada ayer en Poblenou.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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El desánimo es el sentimiento más generalizado entre los jóvenes subsaharianos que llevan años viviendo en naves abandonadas en el Poblenou. Pesar que es compartido por la Xarxa de Suport als Assentaments, cuyos miembros se sienten «totalmente impotentes». Tras los dos desalojos del lunes -que acabaron con seis detenidos-, el de ayer, con otros ocho, fue la gota que colmó el vaso y que acabó también con la paciencia de algunos de estos hombres, que esta vez sí opusieron resistencia al desalojo. Resistencia a la que los Mossos respondieron con espray pimienta y que acabó con los citados ocho detenidos -cinco subsaharianos y tres españoles-, por delitos de resistencia y desobediencia a la autoridad y usurpación de bienes inmuebles. El motivo de la detención de los seis del lunes, en libertad desde esa misma noche, fue no tener papeles.

Las 15 personas desalojadas por los Mossos d'Esquadra ayer por la mañana de una nave en el pasaje de Ratés, esquina Sancho de Ávila, vivían hasta el lunes en una de las dos fábricas de la calle de Zamora desalojadas por el Ayuntamiento de Barcelona alegando motivos de seguridad. Al verse en la calle, entraron en la fábrica del pasaje de Ratés, en la que apenas han podido pasar tres noches. Pese a la evidente relación, fuentes municipales desvincularon «completamente» las operaciones policiales. «El desalojo [de ayer] fue cosa de los Mossos. No tiene nada que ver con los desalojos exprés por motivos de seguridad que impulsa el municipio. Es una cuestión policial», aseguró una portavoz municipal. Los Mossos d'Esquadra argumentan por su parte que el desalojo se produjo sin orden judicial porque cogieron a los ocupantes en el momento en que se estaba produciendo la ocupación, extremo que estos niegan rotundamente. «Tenemos muchísimos testigos de que estas personas están en la nave desde el lunes, con lo que es falso que la policía haya actuado al pillarlos in fraganti. Se ha hecho de forma irregular», dijo el letrado Andrés García.

UN PRODUCTO QUÍMICO / La policía catalana informó en un comunicado de que las personas detenidas «lanzaron palos y piedras contra los agentes» y admitió que estos -los agentes- «se defendieron con gas pimienta». En la misma nota se aseguraba que los ocupantes de la nave tiraron un producto químico «que la policía científica está investigando».

El abogado de los detenidos, quien además de letrado es activista de la asamblea del Poblenou y miembro de la Xarxa, y fue testigo del desalojo -ocurrido a las 10 de la mañana-, aseguró que los jóvenes que vivían en la casa estaban muy asustados y que la entrada de la policía en el recinto causó el pánico.

Montse Milà, activista de la asociación de vecinos del Poblenou, explicó que los jóvenes subsaharianos de los asentamientos se sienten «cada vez más acorralados». «Cada día tenemos más claro que en la ciudad de las personas de Trias no hay espacios para ellos. No les quieren. Quieren que se vayan. Por un lado presentan planes con palabras amables, pero la realidad palpable son los desalojos», reflexionó la líder vecinal, quien anoche se reunió con varias entidades de apoyo a estos jóvenes para buscar una solución.

TEMOR A UN ESTALLIDO SOCIAL / Existe el temor entre conocedores de la realidad que se vive en el barrio de que la impotencia y la sensación de acorralamiento que sienten esas personas pueda derivar en un estallido social, cuyo primer indicio podría ser la resistencia mostrada ayer.

El líder de ICV-EUiA indicó en un comunicado que «cada intervención policial que impacta contra los procesos de trabajo personalizado y de inserción social, laboral y residencial dificulta enormemente el tratamiento de este fenómeno y agrava la situación de alta vulnerabilidad y las condiciones de vida es de esas personas». Añadió que «si el gobierno opta por la vía de la represión policial el problema se intensificará». A ojos de Gomà, «las últimas intervenciones contradicen punto por punto la filosofía del propio plan».

El comisionado para la inmigración, Miquel Esteve, insiste en que tiene un plan de reinserción sociolaboral que presentará en breve y en que «todo el que ha ido a servicios sociales a pedir ayuda ha sido atendido». Para Esteve, los desalojos se han hecho «por la seguridad de los propios ocupantes» y confía en que la segunda fase del plan mejore la percepción de la situación.