INTERNAUTAS IMPLICADOS

Cenas junto a la 'Filmo'

Reparto 8 Un grupo de voluntarios, el jueves, entrega comida en la plaza de Salvador Seguí.

Reparto 8 Un grupo de voluntarios, el jueves, entrega comida en la plaza de Salvador Seguí.

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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Siempre hay algún despistado que pregunta si esa que ve es la cola para la Filmoteca. Pero cuando enfoca mejor la vista y vislumbra el perfil de las decenas de personas que aguardan bajo un lateral de este equipamiento se percata de que no esperan, precisamente, entrar para una proyección. Lo que quieren es cenar. Son, la mayoría, usuarios de un comedor social de la contigua calle de Robador, en el Raval, que cierra los jueves, día en que la actividad se ha trasladado a la plaza de Salvador Seguí merced a una iniciativa de Barcelonactua (www.barcelonactua.org), una comunidad virtual a través de la cual se pueden ofrecer o demandar cosas materiales, trabajo o favores y que ya cuenta con cerca de 6.000 personas adheridas. Y casi un centenar de ellas participan semanal u ocasionalmente en esta causa solidaria.

Desde hace casi un par de meses cada jueves, a partir de las siete y pico de la tarde, van llegando a ese lugaramigosde Barcelonactua, un proyecto social creado hace un año por la emprendedora Laia Serrano. Algunos van con bolsas de comida preparada en casa, otros llevan pan o fruta que han comprado, o incluso alguna pieza de ropa usada a la que darle una nueva vida. Cuando aparecen, ya les esperan decenas de personas sin recursos que saben que ese día tendrán un plato casero y que guardan turno disciplinadamente. Representan la nueva pobreza y la crónica, la severa. Los hay jubilados a los que la pensión no les da para subsistir de manera digna, jóvenes madres que acuden con unos hijos a los que no puede alimentar, hombres y mujeres de mediana edad sin trabajo ni subsidio, personas sin techo que una vez cogen la cena que se llevan en el carrito buscarán una noche más un refugio a la intemperie...

De manera informal, estos solidarios anónimos, algunos con vinculación a entidades o trabajos sociales, aunque para otros es una primera experiencia directa frente a duras situaciones de vulnerabilidad, colocan en una discreta zona de la plaza una mesa que les presta el restaurante de delante, a la que añaden otra que les guarda un supermercado muy cercano, reparten las tareas, distribuyen la comida en bandejas individuales (habitualmente pasta, arroz o legumbres), algunos el pan, otros botellines de agua, fruta, yogures, cubiertos, servilletas...

«Quien quiere participar se apunta a esta actividad, que está colgada en nuestra web, y nos avisa de si quiere cocinar, o si participará trayendo otras cosas. Así podemos tener una planificación previa para cubrir todas las necesidades de los usuarios», contaba Serrano el pasado jueves mientras una veintena de voluntarios atendía a las cerca de 80 personas que fueron a la cita. Y añadía otro sentido a este proyecto :«No solo se trata de ayudar a unas personas, también de sensibilizar sobre la realidad social».

Entrega de ropa

Cuando nació esta iniciativa los miembros de Barcelonactua participaron también aportando ropa.«El primer día atendimos las peticiones que nos hacían, la mayoría de zapatos para hombres, o sacos de dormir, pero vimos que no podíamos asumirlo porque son cosas de las que no disponemos y se nos iba de las manos», reconoció Rosa Muñoz, una de las participantes habituales de este reparto y una de las voluntarias que más interactúa con aquellos que hacen cola, algo que agradecen. Aun así, de manera discreta, aunque quizá poco recomendable por la posibilidad de generar conflictos, algunos miembros de esta red social entregaban por su cuenta ropa a alguna persona pobre.

El próximo jueves volverán a encontrarse en el mismo lugar. Tienen el proyecto, una vez consolidado este, de extender esta iniciativa a otros barrios de la ciudad en los que consideren que pueden echar una mano.