DEBATE SOBRE EL TRANSPORTE PÚBLICO EN BARCELONA

Los presupuestos del Govern incluyen el tranvía por la Diagonal

Trambaix 8 Un convoy de la red del tranvía que cubre el Baix Llobregat circula por la Diagonal a la altura de la calle de Entença.

Trambaix 8 Un convoy de la red del tranvía que cubre el Baix Llobregat circula por la Diagonal a la altura de la calle de Entença.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Nunca 3,4 kilómetros de ferrocarril generaron tanto debate y tanta tinta. Amén de desgastes políticos e incluso sonadas dimisiones. El tranvía se instaló sin hacer excesivo ruido en Barcelona en el 2004, pero se dejó en tareas pendientes la unión de las dos líneas. Esa cifra, esos 3,4 kilómetros, corresponde a la distancia entre las plazas de Francesc Macià y Glòries. En medio, la Diagonal. Y ahí el debate: a favor y en contra de que las vías pasen por la Diagonal. Ahora se suman a la tertulia los presupuestos de la Generalitat de Catalunya, en los que aparece explícitamente el maridaje de ambos trazados tal y como lo proclama Ada Colau.

Desde la consulta que Jordi Hereu impulsó en el 2010 sobre el diseño de la arteria y el papel que debía jugar el tranvía -la cosa le costó el cargo al primer teniente de alcalde, Carles Martí, y hay quien dice que el PSC empezó a perder la ciudad ese día-, el proyecto ha basculado más entre políticos que entre ingenieros. En tiempos del alcalde Xavier Trias la cosa estaba muy clara. Con CiU, ni hablar del tranvía. Fueron los convergentes los que desplegaron la red ortogonal de bus, y esta, en versión vehículo eléctrico, ha sido siempre su apuesta para la Diagonal, no el tranvía. La llegada de Colau al trono municipal recuperó la senda tranviera, y el barullo político resurgió.

LA NÚMERO 85

Las cuentas de la Generalitat incluyen una disposición adicional, la número 85, dedicada al “transporte ferroviario”. Incluye un punto que requiere una reproducción exacta: “El Govern, dentro de las disponibilidades presupuestarias para el 2017, debe habilitar la partida necesaria para unir las redes de tranvía del Trambaix y del Trambesòs en Barcelona, entre la plaza de Francesc Macià y la plaza de las Glòries, por la Diagonal y en superficie, a causa de los notables beneficios que aporta tanto en términos de ahorro de tiempo de viaje como de desviación de demanda de modos privados al transporte público”.

El redactado apareció en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya del 30 de marzo. En resumen, una fotocopia reducida de los argumentos del gobierno de Barcelona en Comú, que en el Ayuntamiento de Barcelona no halla la manera de recabar el mínimo de concejales (21) que le permita empezar a abrir las entrañas de la Diagonal. La disposición adicional surgió de una enmienda de Catalunya Sí que es Pot. Necesitó dos votaciones hace dos semanas, ya que en la primera se produjo un empate a 62 diputados. A favor, CSQP, Ciutadans, PSC y PP. En contra, PDECat y Esquerra. La CUP se abstuvo. En el segundo intento, un concejal 'cupaire' se pasó al bando de la oposición y el texto pasó el corte.

CUIDADO CON EL OPTIMISMO

Que aparezca en los presupuestos, háganse a un lado los más optimistas, no implica que vaya a cumplirse. Pero sí exhibe, una vez más, la controversia que genera el tranvía por la Diagonal. En esta ocasión, sin embargo, el grupo municipal Demòcrata (antes conocido como CiU) ha evitado la embarazosa situación de encontrarse con sus hermanos mayores del PDECat votando en sentido contrario a su oposición a las vías por la Diagonal. No pueden decir lo mismo PP y C's, que en el consistorio no parecen muy por la labor y en el Parlament, todo lo contrario (aunque es justo aclarar que la disposición formaba parte de un paquete más amplio de partidas presupuestarias). 

En el pasado, Trias se encontró en dos ocasiones con un cierto desaire por parte del Govern (por si fuera poca indigestión que Colau fichara como jefe del proyecto del tranvía al 'exconseller' de CiU Pere Macias). El 31 de julio del 2015, el ‘president’ Artur Mas expresaba a la alcaldesa su “plena sintonía” con el plan. Un año y medio después, con Carles Puigdemont al frente del Govern, la misma película. El excalcalde de Girona prometía fidelidad a Colau. En esta ocasión, sin embargo, la Generalitat fue algo más prudente, y la ‘consellera’ de Presidència, Neus Munté, dijo que sería el ayuntamiento quien decidiera el trazado”. En cualquier caso, el apoyo no salió gratis: Barcelona se comprometió a pagar buena parte de las obras pendientes del ramal de los barrios de la Marina de la línea 10. Y hablando de metro, la disposición adicional 85 también prevé partidas para reiniciar las obras de la línea 9 en su tramo central.