BARCELONEANDO

Pícnic hobbit en el parque

Tienen orejas puntiagudas y pies tamaño Gasol, como en 'El señor de los anillos'. BCN Cosplay reúne a 70 habitantes de la Tierra Media de Tolkien en su "evento de primavera"

HOBBIT

HOBBIT / periodico

ANA SÁNCHEZ / BARCELONA

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Le pedirías a alguien que te pellizcara, pero todo el que te encuentras tiene las orejas puntiagudas. La mayoría van descalzos: sus pies son enormes y tan peludos como el pecho de un macho alfa ibérico. Comen mucho, ríen siempre, beben cerveza en cuerno y fuman pipa. Eso, según los cánones de <strong>J. R. R. Tolkien</strong>, quiere decir que son <strong>hobbits</strong>.

“Este año ha venido mucho elfo”, dice Mara con naturalidad. Tiene tirabuzones rubios, sombrero a lo 'Casa de la pradera', pies tamaño Pau Gasol. Sobre el césped invadido de manteles se ve a un par de <strong>Légolas </strong>(salvando las distancias con <strong>Orlando Bloom</strong>) con su arco, su pelo platino y su pose de estar a punto de hacer una heroicidad. “Nos alegra –se ríe Mara-. Se les han bajado los humos de elfo”.

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Es el <strong>parque de Cervantes</strong>, pero el domingo podría haber pasado por <strong>La Comarca</strong>, el hogar verde frondoso de Frodo y su pandilla de medianos de ‘<strong>El señor de los anillos</strong>’. Mara es una de los tres fundadores de <strong>BCN Cosplay</strong>, organización sin ánimo de lucro que desde hace 5 años monta fiestas de ciencia ficción. Es el segundo <strong>pícnic hobbit</strong> que organizan. “Nuestro evento de primavera”, lo llaman. ¿Su objetivo? “Romper la estigmatización que tienen estos hobbies”, dice Víctor, el presidente. “Verlo como un 'hobby' sano y creativo”. Palabra de caballero: él es hoy uno de <strong>Rohan</strong>, con capa, cuerno al cinto y tetera anudada a la mochila.

<strong>Cosplay</strong>: es el ‘hobby’ de caracterizarse como personajes de cine, anime, cómic, videojuegos, explica Víctor. “Tiene un reto creativo”, añade. Están los ‘cosplayers’ (los que se disfrazan), pero la mayoría son ‘cosmakers’ (se confeccionan el vestuario) y hay algún ‘propmaker’, como Víctor, que crea atrezo de ciencia ficción: de armas a prótesis de látex. Es decir, que el parque parece hoy más un rodaje que un carnaval.

ELFOS, ENANOS Y HASTA ORCOS

Es un pícnic hobbit, pero han venido habitantes de toda la Tierra Media. Unas 70 criaturas. Hay mucho elfo, varios enanos con barbas pobladas (tanto ellos como ellas), algún humano, un par de <strong>Gandalfs</strong>, hasta orcos e incluso un smaug: “Soy un dragón de la Tierra Media”, se describe para neófitos una chica con escamas, cuernos y cola. Solo falta Gollum gritando “mi tesooorooo”.

Mira, ahí está la novia de <strong>Aragorn</strong>. “Me gusta ser recordada por mis propios méritos”, se ríe esta clon de <strong>Arwen/Liv Tyler</strong>: vestido principesco de terciopelo, pelo hasta ¡las rodillas! ¿Nombre mortal? Carmen. Está comiendo con dos hobbits y una humana. “Somos un grupo multicultural”, dice la elfa. “Nos gusta disfrazarnos –añade Andrea, una de las hobbits-, porque se sale de lo normal”.       

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A unos metros, otro grupo interracial: hay hasta un jinete de Rohan con cota de malla. “El mundo de <strong>Darth Vader</strong> es más chungo”, resopla. Nadie lo diría, pero todo el grupo tiene una espada láser en el coche. “Aquí donde nos ves, somos <strong>Star Wars Catalunya</strong>”. El jinete risueño suele ser Darth Vader; los hobbits, soldados imperiales. “Cuando pruebas el lado oscuro…”, dicen. “La mitad nos conocemos de otros saraos –señalan al resto de La Comarca barcelonina- y de ir de superhéroes”.

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Enseguida se crea ambiente de comunidad del anillo. Hasta se ve a una elfa besando a un orco. Hay hobbits que comen de película con la banda sonora resonando en el móvil, brindis “por el profesor” (Tolkien), cestas rebosantes, comida casera y, por supuesto, pan élfico (envuelto en hojas).

Hay algún pie hobbit no muy peludo. “Pues yo no me he depilado”, dice una joven de orejas puntiagudas. ¿Que por qué han venido? “Nos gusta la peli y comer”, se justifican. ¿Lo que más les gusta? “El ambiente”. “Compartir”. “Hacer algo nuevo”.

Al lado, “un enano de metro ochenta”, se presenta Miguel Ángel. No es la única mutación que se ve: a lo lejos hay un hobbit de 1,90 (“el hijo bastardo de Gandalf con alguna hobbit”, dirá él). Miguel Ángel ha venido con toda la familia ‘cosplayer’. Ya no les miran como a bichos raros, dicen. Los organizadores les dan la razón: Barcelona es capital del ocio alternativo.

“Voy a pegarme un rato”, suelta un guerrero. Después de comer, hay sesión de ‘softcombat’ (combates medievales con armas acolchadas). Ricard, de <strong>Softcombat Barcelona Events</strong>, ha traído una veintena de espadas, hachas, mandobles. Sí, es un pícnic en el que todo viene –que dicen aquí- como anillo (único) al dedo.