Pere Heredero, exdueño del Versalles de Sant Andreu: "Decidí no formar una familia y centrar mi vida en el bar"

Nostálgico 8 Pere Heredero, en el emblemático Versalles.

Nostálgico 8 Pere Heredero, en el emblemático Versalles.

SILVIA ALBERICH / BARCELONA

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Pere Heredero Mayol (Barcelona, 1936) estuvo al frente del centenario bar Versalles (plaza Comerç) durante medio siglo, desde que acabó la mili hasta el 2004, cuando se jubiló. Él es quien mejor conoce la historia del emblemático local de Sant Andreu, que protagoniza en el centro cultural Can Fabra (Segre, 24) una exposición gratuita que recrea el día a día en el bar en 1915.

-No es la primera exposición. ¿Qué tiene de especial el Versalles?

-Que refleja la vida y las actividades que se hacían en 1915 en este local, que era como un casino de pueblo donde se reunía mucha gente.

-¿Qué ha cambiado en un siglo?

-Ha sido un largo proceso. Al principio, por cada 10 hombres solo entraba una mujer y la mentalidad era muy machista. No fue hasta los 70 u 80 cuando se normalizó. Por otro lado, en sus inicios, aquí había billares, dominó y cartas y los domingos se servía un aperitivo, pero poco más, una situación que cambió a partir de los años 50, cuando pusieron una parada de autobús aquí delante y la gente empezó a venir más.

-Usted nació en el edificio modernista de encima del bar, donde sigue viviendo, y, desde pequeño, ayudó a su familia en un negocio que su padre, Eduard, emprendió en 1928. El Versalles es como su casa...

-Sí, a nivel sentimental me siento como en casa y, cuando entro aquí, me tratan como si lo estuviera. Para mí, en el bar no hay clientes, sino amigos, y siempre he tenido esa sensación.

-Durante medio siglo, se volcó totalmente en el Versalles. ¿Cómo conciliaba vida laboral y la personal?

-Te lo resumiré: tengo 79 años y estoy soltero. En su día, pensé: «Si mi mujer ha de llevar la misma vida que mi madre, no me caso». Y así fue. Tomé la decisión de no formar una familia a los 45 años, cuando opté por centrar mi vida en el bar.

-¿Se ha arrepentido alguna vez?

-Sí, a veces lo he echado de menos, pero este bar me ha dado muchas alegrías y equilibrio emocional, sobre todo en los últimos años.

-¿Hacia dónde va el Versalles?

-Hace cuatro años empezó una nueva etapa con Pere y Albert, los actuales propietarios. Al principio costó un poco, porque no son del barrio y han tenido que adaptarse a su idiosincrasia y a la gente, pero lo han conseguido. El Versalles sigue siendo y será un punto de encuentro.