BARCELONEANDO

La pequeña Moreneta de Tamarit

En una fachada del Eixample reposa una virgen de Montserrat, y detrás de ella, una comunidad de vecinos que destila fe y casualidades

zentauroepp38304301 barcelona 05 05 2017 barceloneando imagen de la moreneta en 170505185732

zentauroepp38304301 barcelona 05 05 2017 barceloneando imagen de la moreneta en 170505185732 / periodico

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el número 126-128 de la calle de Tamarit hay un edificio con una pequeña Moreneta en la fachada. Hasta ahí la noticia, que tampoco es que sea gran cosa. Al rascar un poco surge el inframundo de una peculiar comunidad de vecinos, como sucederá en muchas otras fincas de Barcelona, quién sabe si en todas, que esconden todo tipo de historias, leyendas, mitos y misterios. Aquí, entre Calàbria y Viladomat, en el lado mar, con sol de tarde, se mezclan la fe con la arquitectura y las casualidades. Pero vayamos por partes. 

LA ARQUITECTURA

Tanto el inmueble como el aparcamiento de tres plantas que ocupa los bajos se inauguraron en 1960. El matrimonio formado por Jaume Andreu y Elisa Julien, propietarios del solar, encargaron el proyecto a un constructor, de apellido Farrarons. La mujer era, en palabras de su hijo, Emili Andreu, "muy devota de la virgen de Montserrat", lo que explica la presencia de la pequeña réplica de la Moreneta en el frontis del bloque. Así bautizaron al garaje, que hará unos 30 años pasó a manos de Carpóforo (sí, Carpóforo) Mejías, que le cambió el nombre y ahora se llama Tamarit Park. El hijo, Víctor Mejías, un tipo amabilísimo, es ahora quien se ocupa del negocio. Cuenta que ha visto a mucha gente detenerse y santiguarse frente al portal.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/0\/1494011857505.jpg","author":"CARLOS M\u00c1RQUEZ DANIEL","footer":"Maria Antonia Campmany, la vecina que cuida de la virgen, en el balc\u00f3n de su casa.\u00a0"}}Gloria Seoane reside en la finca desde hace 50 años. Aporta que en la entrada, donde ahora hay una rampa hidráulica para llegar a la altura del ascensor, había una "cascada con piedrecitas de río", como las que aún adornan muchos rincones y remaches del edificio y del aparcamiento. Caía agua durante todo el día "y era muy bonito". Incluso había peces. 

LA FE

Elisa Julien convirtió su devoción por la virgen de Montserrat en un edificio. La Moreneta de yeso la colocaron en el interior de una cuevecita que parece un ojo celestial. Del mantenimiento de la efigie se encarga otra residente, Maria Antònia Campmany, que vive en Tamarit 126-128 desde la inauguración. Sus padres eran de Gràcia porque el marido regentaba una escuela en la plaza del Nord. Pasaron por aquí y su madre se enamoró de la virgen, por la cual también sentía especial veneración. Ya nunca se marcharon, aunque para ello tuvieron que desembolsar 325.000 pesetas

"Siempre nos hemos sentido un poco protegidos", explica Maria Antònia. Que su nombre fuera parecido al de Maria Aurèlia Capmany le generó surrealistas problemas en los primeros 80, con "pintadas de fascistas" en su contra en la fachada del edificio. Por suerte, no la tomaron con la virgencita. Maria Antònia es la encargada del mantenimiento de la figura, que sigue siendo la original del año 60. Yeso del bueno. La han bajado en dos ocasiones -no es maniobra fácil, pues tiene a sus pies un manto de mosaico de piscina antigua-, le ha sacado el polvo y la ha pintado. Luce lozana.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/0\/4\/1494003633240.jpg","author":"ALBERT BERTRAN","footer":"Fachada de la finca, con la Moreneta sobre el portal, en su peque\u00f1a cueva."}}

Emili cuenta que su madre no pudo superar un cáncer. De haberlo hecho, había prometido ir de rodillas desde Tamarit hasta Montserrat. De virgen a virgen. No tuvo ocasión, pero el edificio da fe de que era una mujer de palabra, de rocosas creencias. Habría cumplido.

LAS CASUALIDADES

Una lástima no haber podido hablar con las familias de los 36 pisos del inmueble. Porque con unos pocos, las casualidades dan hasta miedo. Víctor, el chico del aparcamiento, explica que vive en el Guinardó, al lado de la avenida de la Mare de Déu de Montserrat. Mari Carmen Solé, que lleva 56 años en la comunidad, se casó en Montserrat, dos de sus hijos hicieron la comunión en Montserrat y alquiló un piso en Caldetes en una urbanización llamada Montserrat. 

Lo último es de traca: Adivinen la fecha de nacimiento de la nieta del matrimonio Andreu-Julien, hija de Emili y de nombre Elisabet. No podía ser de otra manera, un 27 de abril, el día de nuestra señora de Montserrat.

Se sabía de cuatro 'morenetas' en Barcelona: la que sostiene una escultura de las fuentes de la plaza de Catalunya, la que preside el altar de la iglesia de Sant Just i Pastor, la de la capilla castrense del parque de la Ciutadella y la que el alcalde Porcioles hizo colocar en la planta noble del ayuntamiento. Añadan la de Tamarit 126-128, que será la menos espectacular, pero la más peculiar.