IMPULSO DE LA MOVILIDAD SOSTENIBLE

CiU y Barcelona en Comú, a la greña por el carril bici-30 en Les Corts

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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No hay manera de que la bici, por liviano que sea el asunto, tenga un debate mesurado en el seno del Ayuntamiento de Barcelona. A la polémica sobre la presencia de los ciclistas en las aceras, los carriles de doble dirección que despistan a la ciudadanía, el incivismo de unos y otros y la amplificación de accidentes con trágicos resultados, se añade ahora la pelea entre el gobierno de Ada Colau y el grupo municipal de CiU sobre los viales 30 en grandes arterias pensados para el pedaleo. la oposición dice que son un peligro y que perjudican a la red ortogonal de autobusesBarcelona en Comú asegura que es una prueba piloto, y que en cualquier caso, se trata de un proyecto heredado del mandato anterior.

¿Dónde colocar entonces el foco de la noticia? ¿La pelea? ¿La paternidad de la idea? ¿La pertinencia de estos corredores en calles anchas? Lo novedoso es que el ayuntamiento ya ha pintado estos carriles en Travessera de Les Corts, entre Maternitat y Numància, y en la avenida de Madrid, de Comandante Benítez a la plaza de Centre. Llama la atención sobremanera que el propio consistorio admita que esto es un test, como si los ciclistas fueran cobayas y, en función de cuantas sobrevivan, se pudiera tomar una decisión u otra. En cualquier caso, la idea es que estos carriles tengan la velocidad limitada a 30 kilómetros por hora para que las bicis puedan usar sin agobios algunas de las vías principales de la ciudad. Hasta ahí bien. Pero hay un par de asuntos. 

VIALES ESTRECHOS Y LENTOS

El primero es que los viales destinados al transporte público en Barcelona son extremadamente estrechos, con lo que la convivencia, como la que podría existir en el lateral de Gran Vía en sentido Llobregat, donde de dos carriles hicieron uno y la bici y el bus caben sin problemas, es hartamente complicada entre medios de transporte de velocidad tan distinta en tan poco espacio. El otro escollo es la afectación sobre la nueva red de buses, cuya principal característica es la elevada frecuencia de paso y la cualidad de ir un poco más deprisa que el resto de líneas, que apenas superan los 12 kilómetros por hora de media. 

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Joaquim Forn","position":"portavoz de ciu","text":"\"Es un error grave y trae asociada una peligrosidad para todos que no es asumible\""}}Joaquim Forn, portavoz de CiU, ha compartido este viernes su inquietud ante el proyecto ya que el autobús "deberá adecuar su velocidad a las bicis, que tienen prioridad" en este tipo de vías. No es que no esté a favor de los ciclistas, sino que considera que la red ortogonal debería tener cierta prioridad en los ejes por los que circula. "Dudamos que esta decisión haya contado con la participación de los técnicos de TMB. "Es un error grave y trae asociada una peligrosidad para todos que no es asumible", ha resumido el concejal

Por parte del gobierno, un portavoz ha detallado que este proyecto estaba sobre la mesa cuando Barcelona en Comú llegó al poder. Lo acreditan con un proyecto ejecutivo de BIMSA fechado en junio del 2014 que, efectivamente, citaba los carriles bici-30 en los lugares recientemente pintados. "Es verdad que nosotros lo hemos impulsado, pero fue CiU quien lo preparó", se escuda la voz municipal. Fuentes de CiU concretan que ese documento se enmarcaba en un estudio sobre la implantación de las supermanzanas, y que en cuanto el gobierno lo estudió, fue desestimado. 

El debate político trasciende a lo que realmente importará a los ciclistas y usuarios del bus. Saber si se podrá pedalear con seguridad, sin el agobio de los hercúleos vehículos de TMB. Y certificar que tu bus podrá ir más rápido que los de toda la vida, sin tener que avanzar al ritmo de una voluntariosa bici. Es una prueba piloto. En unos meses, los resultados.